A muchas mamás (¡y a muchos especialistas!) les disgusta cuando hablamos de “negociar” con los niños, especialmente con los niños pequeños. Pero, nos guste o no, la vida con niños involucra cierto grado de negociación. En realidad, si se hace de forma correcta, puede ser una gran experiencia de aprendizaje para los niños, pues los prepara para resolver conflictos de manera constructiva más adelante en la vida; y no creo que haya alguien más deseable para enseñarles que sus propios padres.
Discutir puede ser una experiencia de aprendizaje
Hoy vamos a hablar de los niños entre los dos y los cuatro años de edad, la etapa de los “terribles 2”, del famoso “no”, cuando muchos empiezan a hacer berrinches… y es que no podemos olvidar que, a esta edad, están atravesando por uno de los momentos más importantes en el establecimiento de su propia independencia y autonomía. Es por ello que enseñarles a conversar de forma propositiva, asertiva y positiva, es de enorme importancia.
Te dejamos: Tips para no pelear tanto con tu hija adolescente
Veamos algunas ideas que les pueden ayudar en esta labor
Dont:
- No regañes: “¡Siempre te tengo que estar apurando!”
- No amenaces: “¡Es la última vez que te lo digo, a la próxima…”
- No castigues: “Ya estoy harta, no puedes ver televisión toda la semana”
- No compares: “Tu hermano es más chico y entiende mejor que tú”
- No sobornes: “Si dejas de llorar, te llevo al cine”
Además: ¡Alerta! Llegaron los berrinches
Do
- Antes de empezar, prepárate mentalmente: ¿es un buen momento? ¿estás tranquila?
- Habla en positivo
- Prepárate para llegar a un acuerdo – no para tener una pelea. Intenta hablar de tal forma que el niño pueda decir que sí a lo que tú propones. Por ejemplo: “¿me ayudas a recoger la mesa? es preferible a decir “¡pon la mesa ahorita mismo!”
- Aprende a manejar tus propias emociones. A la hora de negociar, ¡el que se enoja, pierde!
- Utiliza un tono de voz normal – ¡pero simple! Recuerda que estás hablando con un niño
- Elige tus “batallas”: no pretendas siempre imponer tus decisiones; permite que a veces el niño “gane.” Pero ten claro y déjale muy claro, que hay temas que no son negociables: por ejemplo: la seguridad y las actividades diarias con las que el niño debe cumplir, como ir a la escuela
- Elige un buen momento – las prisas y la presencia de otros son elementos que estorban a una buena negociación
- No te pongas “histórica” – céntrate en el momento presente; ni “histérica” – tú, como adulto, debes estar en control de ti misma y de la situación
- Invita a buscar soluciones concreta y conjuntas (“¿Qué podríamos hacer para resolver este problema?”).
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