Cuando ves a tu crío rascándose las orejas, te preocupa que tenga una infección de oído; si se soba la panza, piensas que tal vez comió demasiados dulces, pero cuando lo pescas jugando con sus genitales, llega una bomba de sentimientos: angustia, ansiedad, culpa, vergüenza… Y aunque sabes que puede ser una conducta normal, te preguntas de dónde aprendió a hacerlo o si está adelantado para su edad. La realidad es que los niños se masturban por la misma razón que los adultos: sienten rico.
Masturbarse es parte del descubrimiento de su cuerpo. Tranquila, no es precoz ni promiscuo.
La exploración corporal es parte de crecer. Al principio, los bebés tocan sus genitales de la misma forma que lo hacen con sus orejas o pies; después se dan cuenta de que tocarlos les produce una sensación distinta y placentera.
Te dejamos estos tips para hablar con tus hijos de sexo
Es natural que la primera vez que lo descubras entres en shock, pero no tienes nada de qué preocuparte. La mayoría –si no es que todos los niños de entre 2 años y 5 años de edad- tienen este comportamiento. La pregunta más importante es qué debes hacer:
No lo detengas
Acéptalo como parte natural de su desarrollo y utilízalo como una oportunidad de aprendizaje. Regañarlo o reprimirlo hará que interprete que es algo incorrecto y podría llegar a sentirse culpable sin entender la razón.
Explícale
Con un lenguaje apropiado para su edad, dile que se trata de una actividad privada –al igual que ir al baño– y que éstas se realizan en espacios reservados; así él podrá elegir un lugar donde se sienta cómodo. Si tú estás presente, actúa con indiferencia para que comprenda que se trata de algo íntimo.
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Oriéntalo
Si notas que pasa mucho tiempo tocándose, intenta distraerlo con otro pasatiempo sin prohibirle que lo haga. Muchos niños la hacen para tranquilizarse antes de dormir; en este caso, procura limitar que sólo sea en su recámara.
Mantén una comunicación abierta y respetuosa
Recuerda que una de tus principales responsabilidades como mamá es ayudarlo a vivir una sexualidad saludable, enseñándole que el sexo no es algo sucio ni vulgar.
Tip
Si lo hace muchas veces al día, hasta el punto de dejar las actividades que antes le gustaban, consulta a un psicólogo infantil para averiguar la causa.
Nancy Steinberg
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