Sí, tus hijos están buenos para tirar, desordenar y aventar sus juguetes, ropa y hasta los materiales escolares. Y aunque le digas, no consigues que ponga en su lugar -después de utilizarlos- dichos objetos. Tu casa es un completo desastre, y ya estás agotada.
No desesperes, tampoco te enojes ni lo regañes, puesto que sus desastres y evasivas tienen solución, sigue estos consejos.
10 consejos para que tus hijos recojan sus juguetes
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Comienza desde edades tempranas
El estudio: «Involving children in household task: is it worth the effort?» de la Universidad de Minessota, explica que es muy importante que los niños (varones y mujeres) comiencen a realizar tareas domésticas desde edades tempranas.
El líder de la investigación, Marty Rossmann, indica que la edad promedio a la que deben los hijos comenzar es entre los tres y cuatro años de edad. Involucrar a los niños en tareas domésticas a una edad temprana tiene un impacto positivo a lo largo de la vida, puesto que los padres les enseñan el sentido de responsabilidad, autosuficiencia y autoestima que permanece con ellos durante toda su vida, se lee en la investigación.
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Inicia con tareas sencillas
A los tres o cuatro años tus hijos pueden colocar los juguetes que puedan sostener con una o ambas manos en su lugar, no lo presiones con cargar objetos pesados o de difícil manejo, puesto que no podrá y puede romper sus juguetes o sufrir una lesión o asustarse.
A medida que crezca y madure su cuerpo y movimientos, podrá recoger todo aquello que le pidas.
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Busca su seguridad
Prefiere los estantes, repisas o gabinetes sencillos para que simplemente coloque encima sus juguetes o ropa. Puesto que si tiene que abrir y cerrar cajones o puertas puede machucarse los dedos de pies o manos. También es importante que los jugueteros estén a su misma altura para que no intente escalar y sufra un accidente.
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Ellas y ellos por igual
No hagas diferencias entre tus hijos por su sexo, tanto varones como mujeres pueden hacer las mismas actividades: recoger juguetes, libros y cuadernos, así como doblar la ropa, lavar su plato, barrer el patio, bañar a la mascota, e incluso (cuando llegue el momento) cocinar platillos directamente en la estufa.
En diversos países del mundo, incluyendo México, se cree que las labores domésticas son responsabilidad exclusiva de las niñas y mujeres, lo cual es una creencia errónea.
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Sé su ejemplo
No esperes que la habitación de tus hijos esté inmaculada o sus juguetes luzcan como en las jugueterías, si tu recámara u objetos son un desastre. Por tanto, procura mantener tus espacios limpios y ordenados para mostrarle ejemplos positivos; puedes involucrar a tus hijos mayores para que hagan competencias de quién ha hecho mejor sus deberes y dales premios sencillos: ver el programa favorito el ganador, preparar la cena más deseada del primer lugar o que seleccione su pan o postre favorito.
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Enséñalo una, dos o ¡hasta 28 veces!
Tu hijo no aprenderá por sí solo, sino que tienes que llevarlo hasta sus juguetes y decirle dónde tiene que colocarlos. Lo mismo con los platos, enséñalo cómo se lavan, se secan y se colocan en su lugar. Repite las indicaciones unas 28 veces, número que los expertos indican es el ideal para que el niño recuerde la instrucción, la realice y la ejecute casi de forma automática.
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Observa sus preferencias
No todos los niños tienen las mismas habilidades y preferencias, así que si tu hijo es malo para lavar los trastes, pero muy bueno para tender su cama, no discutas y ponlo a tender las casas de todos, mientras otro lava los trastes.
Recuerda que los niños gustan de hacer actividades nuevas y algunos disfrutan mucho cocinar; otros, limpiar los espejos; unos más prefieren ayudar a la mascotas. Observa a tu hijo y selecciona lo que mejor haga.
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La constancia es clave
Si juega hoy, hoy tiene que limpiar, no hasta el sábado o la siguiente semana. Debes enseñarle a tu hijo que, en cuanto deje de jugar, debe colocar el objeto en su lugar, pues así evita que se le «junten» sus quehaceres.
La constancia es clave para que logre ejecutar lo que le han enseñado. Todos los días debe tender su cama, todos los días debe lavarse los dientes, todos los días debe jalar la palanca del WC, todos los días debe mantener en orden en su habitación y otros espacios del hogar.
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Dale consecuencias
En caso de tus hijos no realicen sus deberes, es necesario aplicarle consecuencias en el momento. Por ejemplo, «veo que hoy dejaste tus juguetes tirados, entonces no podrás participar en los juegos de mesa que planificamos para esta tarde». No podrás decirle: «no te haré tu fiesta de cumpleaños», «cuando venga Santa Claus o Los Reyes Magos, hablaré con ellos por tu desobediencia» cuanto tal vez falten muchos días e incluso meses para que sucedan.
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Valora su esfuerzo
No te centres en lo que no hace bien, sino en sus logros. Los niños aprenden mejor cuando se les motiva, así que dile frases como: «¡muy bien, cada día lo haces mejor!», «estoy muy orgullosa de lo bien que dejaste tu habitación», «los juguetes también están contentos de estar en su lugar», «ahora sí acomodaste tus objetos maravillosamente», «¡bravo! vas muy bien», entre otras.
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