Entender los cambios en el cuerpo de niñas y niños no siempre es sencillo, y más cuando los cambios comienzan en las niñas y ellas tienen los primeros sangrados y la menarca. Aquí les explicamos.
Hace unos años recibí una llamada mientras regresaba de consulta a mi casa: “Miguel Ángel, ¡ayúdame por favor, no sé qué hacer!
Era la mamá de una paciente y tenía su teléfono guardado, por eso la reconocí de inmediato, pero me puso en alerta al instante.
-¿Qué pasó? Cuéntame por favor – respondí, imaginando un millón de catástrofes posibles.
-Es que no sé qué hacer, a mi hija le acaba de bajar ¡y no sé qué hacer! – respondió con un grito entre sollozos. Su hija, por cierto, no era mi paciente, sino la hermana mayor de 11 años.
Dentro de ese millón de catástrofes posibles, esa no la vi venir. Y francamente, me costaba entender por qué era una tragedia.
Por un lado, me tranquilizó saber que no era nada que pusiera en peligro la vida de la niña. Pero tardé en entender qué estaba pasando.
-Pero, ¿tu niña está bien? – Insistí.
-Si, ella está bien, hasta está emocionada. ¡La que está mal soy yo! ¡Ya se me terminó mi niña! – Más llantos y sollozos.
Entonces entendí todo.
Qué es la menarca
La menarca es un hito importante en la vida de una niña, suele estar rodeada de mitos y concepciones culturales. Como que ya no van a crecer. O que “ya son mujeres”. Y muchos más. Observa como escribí de una niña, no de una adolescente o de una mujer.
Con frecuencia, las niñas tienen más temprano su primera menstruación, y como papás o doctores que estamos cerca, necesitamos tener presente que no es un parteaguas, sino parte de un proceso continuo de crecimiento.
Por supuesto que es importante, incluso le insistimos a las niñas que recuerden cuándo fue su primer periodo y que anoten su ritmo menstrual, porque es parte de conocerse y cuidar su salud.
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Pero pensar que una niña ya tiene su menstruación es una mujer madura es tan absurdo como pensar que un niño que tiene diez pelitos en el labio superior a forma de bigote ya está listo para votar, tomar alcohol y trabajar como un adulto.
Mi paciente, como mamá, tenía un shock cultural equivocado respecto a la primera menstruación. Por eso a ti te voy a explicar para que no te pase.
¿Qué es la Menarca?
La menarca es el primer período menstrual de una niña. No es solo un evento físico, sino también una parte integral del desarrollo puberal. Significa que el cuerpo de la niña ha comenzado a funcionar reproductivamente, marcando una etapa en el proceso de maduración sexual.
¿Cuándo Ocurre la Menarca?
La menarca generalmente ocurre entre los 9 y 16 años, con un promedio en torno a los 12 años. Sin embargo, este rango es amplio y depende de diversos factores, incluyendo la genética, la nutrición y la salud general.
Además, se ha adelantado de forma importante en los últimos años y no tenemos claro por qué.
Pero lo que si puedes saber es que a partir de que aparecen los botones mamarios (las bolitas debajo de los pezones que más adelante se convertirán en los pechos), entre 18 y 24 meses después vendrá la menarca.
Los cambios y el crecimiento
Existe el mito de que las niñas dejan de crecer después de la menarca. Si bien es cierto que la mayor parte del crecimiento en altura ocurre antes de la menarca, aún puede haber un crecimiento significativo después de ésta. En promedio, las niñas crecen unos 5 a 7.5 cm después de su primer período menstrual.
Cambiando el Contexto Cultural
Históricamente, la menarca ha sido vista como la transición de niña a mujer. Hace 100 años las niñas tenían su periodo entre los 14 y los 15 años, por eso las fiestas de XV años: de niña a mujer.
Pero los tiempos han cambiado, es importante entender que la menarca es solo una parte de la pubertad y adolescencia, una etapa que todavía pertenece a la edad pediátrica.
Las niñas en esta fase aún están desarrollando tanto física como emocionalmente y requieren el apoyo continuo de sus padres y cuidadores.
En conclusión:
La mamá de mi paciente lloraba no por su niña, sino por ella. Porque en su mente, una vez que tenía su periodo automáticamente se acabaría la infancia y prácticamente empezaba la vida adulta. Sin nada en medio.
Estaba un poco en negación y no se había preparado, ni siquiera había registrado las señales de la pubertad que aparecieron dos años antes. La menarca es un evento natural y un paso significativo en el desarrollo de una niña.
Como padres, es esencial apoyar a nuestras hijas durante este tiempo, proporcionándoles información adecuada y desmitificando los conceptos erróneos.
Recordemos que la menarca no marca el fin de la infancia, sino que es parte del continuo viaje hacia la madurez.
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Miguel Ángel Guagnelli
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