Las crisis madurativas infantiles son oportunidades para fortalecer al ser humano a fin de adaptarse a sus nuevas condiciones de vida.
Las primeras crisis ocurren cuando el bebé aún ni siquiera habla, pero tiene el deseo de incorporarse de una posición horizontal (siempre está acostadito) a una vertical (quiere sentarse y, entonces, se gira) por eso se dio esas primeras marometas en su cuna o en la cama. Fue cuando ¡mamá lo descubrió en otra posición!
¿Cuántas crisis madurativas infantiles existen?
De acuerdo con Ana Patricia González Rodríguez, psicóloga y maestra en psicoterapia psicoanalítica de niños, estos pasos son inherentes al desarrollo del ser humano.
Es decir, son esenciales para avanzar y adaptarse al mundo. Estas crisis no son fracaso ni dificultad. Gracias a las crisis madurativas infantiles se genera crecimiento y desarrollo físico, emocional, social y ambiental.
Porque cuando un niño logra, por ejemplo, gatear para después pararse y caminar aprende a ir más lejos y, por tanto, a conocerse a sí mismo en otros espacios y, de esta manera, explora.
Si el niño siempre permaneciera acostado, no lograría un desarrollo adecuado.
González Rodríguez, también directora del Colegio de Psicología de la Universidad del Claustro de Sor Juana, explica
lamentablemente para un número importante de padres, maestros y tutores, las crisis madurativas son un fracaso o una dificultad, la realidad es que no conocen bien a bien el desarrollo de los niños
¡Ojo con la falta de madurez!
Recuerda que las crisis madurativas infantiles son necesarias porque implica adaptarse, pero no todo los niños lo logran debido a una variedad de circunstancias:
- Tuvieron un desarrollo fetal complicado que les dejó alguna secuela.
- No están en un ambiente que los estimule.
- Presentan alguna dificultad motriz, cognitiva o de desarrollo.
- Tuvieron un accidente a edad temprana.
- Viven dentro de un estilos de crianza desfavorable, entre otras
“Por ejemplo cuando una mamá o papá no permite que sus hijos gateen porque se ensucian, o porque les da miedo; o bien, no lo creen que no es necesario, retrasan el desarrollo del niño y aunque tengan la mejor intención con su hijo, esa crianza aprensiva o nerviosa, no favorecerá a su pequeño”, indica la experta.
La psicóloga y maestra en psicoterapia psicoanalítica, González Rodríguez indica que las crisis madurativas infantiles se presentan, en promedio, en tiempos muy parecidos entre los niños, pero no todos son iguales.
Estas son las crisis por edad y explicadas
Crisis madurativa | Edad |
Girar sobre sí mismos | Entre los 3 a 5 meses |
Gatear | Entre los 8 a 10 meses |
Caminar | Entre los 15 a 18 meses |
Decir NO y ponerse rebelde
(el crío está ganando autonomía) |
A partir de los 2 años y hasta los 3 |
Estar de mal humor
(tienen más responsabilidades) |
A partir de los 7 años |
La pubertad (las hormonas llegan) | A partir de los 12-14 años |
La adolescencia (buscan ser ellos mismos) | A partir de los 14-16 años |
“Las crisis madurativas ocurren constantemente, pero algunos padres solo notan aquellas que son muy evidentes como la crisis de los 2, 7, la pubertad y adolescencia, pero entre ellas, también hay otras que les permiten crecer en el ámbito social, ambiental y motriz”, indica la entrevistada.
Por ello, “es muy importante que conozcamos las crisis madurativas infantiles y ante cualquier duda o inquietud, los padres pueden acercarse a un psicólogo para que les de las herramientas a fin de entender a sus hijos es estas etapas, que van a ocurrir independientemente del deseo , enojo o miedo de los padres” precisa González Rodríguez.
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Guadalupe Camacho
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