Corral para bebé, ¿paraíso o prisión?

Muchas madres compran un corral para bebé como herramienta de apoyo mientras ellas realizan las labores domésticas; sin embargo, algunas se sienten culpables cuando deben utilizarlo, porque sienten que están encerrando a los niños. Además, los bebés lloran cuando se les deja en el corral, confirmando así los temores de su madre. De esta forma, este utensilio es visto y vivido por ambas partes como una prisión y, cada vez que tiene que ser utilizado, se vive con culpa por parte de la madre y ansiedad por parte del bebé.

 

Corral para bebé una herramienta para mamás ocupadas

 

¿Cómo podemos evitarlo?

 

La utilidad de un corral para bebé es indiscutible; no solamente permite tener un control mayor sobre la movilidad de los niños pequeños, sino les brinda un lugar seguro para jugar. De ahí que sea importante modificar la visión que de él se tiene, para poder utilizarlo como un aliado en la crianza de los hijos.

 

Hay varias formas de transformar esta “prisión” en un lugar agradable para el bebé.

 

• Coloca en el corral juguetes atractivos

 

• Ten mucho cuidado que los juguetes cumplan con las normas de seguridad acordes a la edad del pequeño: que no tengan piezas pequeñas que se puedan desprender, que no contengan materiales tóxicos, ni bordes filosos con los que se pueda hacer daño

 

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• Coloca una buena variedad de juguetes y otros objetos, para que el bebé pueda cambiar de actividades durante el tiempo que permanezca ahí

 

• No dejes al bebé mucho tiempo dentro

 

• No abuses de su uso

 

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• Establece una rutina; permite que el niño pase un rato dentro del corral cada día, más o menos a la misma hora (por ejemplo, mientras tú llevas a cabo alguna actividad en la que necesitas las manos libres, como lavar los platos o preparar la comida)

 

• Cuando esté dentro del corral para bebé, tenlo al alcance de tu vista; así podrás tener un control de sus actividades pero, además, el bebé podrá tener acceso visual a ti, lo que le brinda tranquilidad

 

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• Evita utilizar el corral como forma de castigo; cuando vayas a colocar al niño puedes prepararlo para una actividad agradable, al igual que lo haces antes de bañarlo o de darle de comer

 

• Cuando pongas al niño en el corral, no manifiestes disgusto; si te has preocupado por hacer de él un lugar agradable, el bebé lo disfrutará plenamente

 

• Prepara al bebé cuando no estés de prisa; así podrás usarlo de manera natural cuando lo necesites. Las emergencias son muy malos momentos para intentar introducir cambios en la vida de los niños; es importante anticipar las que puedan ocurrir y tener las herramientas para enfrentarlas

 

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• En algunas ocasiones, prueba interactuar con tu niño a través del corral; inventa juegos y otro tipo de actividades.

 

Disfruta cada etapa del desarrollo de tu bebé; ¡cada una es única y no se repetirá!

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Nancy Steinberg