Por Grace Navarro
Las mamás somos como una secta, y esa secta se divide en muchas otras, la secta de la secta de la secta y así hasta el infinito. Yo estoy en una: la de las mamás Whatsapperas. Ésta es muy cerrada, exclusiva y terrorífica. Pero no se asusten, las mamás realmente somos seres muy lindos y simpáticos mientras no se metan con nuestros hijos, los regañen, o los quieran educar por nosotras.
Ustedes no saben, pero despertarse con veinticinco mensajes en Whatsapp de Holas y Buenos días, no está padre. Deben saber que cuando una mamá saluda, todas deben saludar; entonces ahí está tu celular suene y suene sin parar con “Bonito día” “Buenos días” “Buen día” “Hola” de cada una de las mamás. Y no sólo en la mañana, también por la tarde si alguien pregunta “¿Nadie se llevó el suéter de mi hijo?” Obvio todas contestan “No”, “No”, ”No” y así veinte veces seguidas. Sería bueno que sólo la que lo tuviera dijera “Sí” y fin del asunto. Se me ocurre.
Como les iba diciendo en la secta “Whatsapp moms”, existen diferentes tipos de especímenes, unos muy lindos, otros no tanto. Cabe aclarar que yo pertenezco a casi todas las clasificaciones:
- La primera y más importante integrante del #MomChat es la que crea el grupo, generalmente es la mamá aplicada (por no decir ñoña, porque las respeto mucho). En la primera junta recolecta todos los teléfonos de las asistentes para agregarlas y casi siempre es la que organiza todo: desayunos, regalos para las maestras –ahora las llamamos misses, al estilo gringo ¿you know?- manda avisos escolares y nos mantiene bien informadas a las demás despistadas.
- Luego tenemos a la mamá chismes, la que te cuenta qué comieron los niños, quién le pego a quién, cómo se llama el nuevo alumno, que mamá es la más desobligada, quién es novio de quién, etc. A ella si hay que huirle, o simplemente siempre contestar por lo menos con un “Ajá” para que luego no te veas envuelta en otros chismes.
- Las mamás tareas son las que piden o pasan las labores escolares: “¿Qué les dejaron de tarea hoy? ¿Es mucha? ¿Le puedo ayudar a hacerla? ¡Me pasan la guía por favor!” Estas mamás terminan cursando el ciclo escolar por sus hijos, sólo les falta pedir mesa-banco en el salón del chamaco. Por eso luego los niños no saben ni escribir su nombre bien. Señoras no es tarea para ustedes, es del niño, les juro que sí pueden hacerla solos.
- La mamá cadenera, no, no me refiero a la que se va de antro, me refiero a la que te manda las cadenas de oración, la cadena de “Si no lo reenvías a diez mamás más caerá sobre ti la maldición de Moctezuma”. Mandan la carita feliz, el monito tierno de San Valentín, la frase motivacional. Awww que tierna, que linda, tan considerada. ¡Nooooooo por favoooooor! Ahorita no, gracias.
- La mamá guerrillera es la que siempre se está peleando con la escuela, que porque la “Miss” deja mucha tarea, la escuela es muy tradicional o muy liberal, o que la “Miss” deja poca tarea -Oquela-. Sólo le falta organizar manifestación frente a la escuela con todos los papás. Yo me pregunto, ¿por qué no busca otra escuela más afín a su larga lista de exigencias? Digo, para que sea más feliz (ella, el hijo qué).
- La mamá creída, que cree que tiene al hijo más inteligente, bonito, bien portado, carismático y todas las miles de gracias que se puedan imaginar. Así que las demás nos tenemos que aguantar sus mensajes de “Hace álgebra y sólo tiene dos años” Sus fotos de idas al parque, al fútbol, al museo, a su cuarto. Videos de lo maravilloso que recita, canta y deletrea palabras como Rombicosidodecaedro –que ni siquiera sé qué significa- por favor que alguien le avise que todos los niños son genios, bueno eso creemos todas las mamás.
- Nunca falta la mamá que le encanta compartir fotos de hombres encuerados, musculosos, o chistes pelados que no puede hacer con su marido. A ella sí la perdonamos, porque nunca está de más un buen taco de ojo.
- Finalmente están las anti-chats o también podemos llamarlas “No tengo tiempo para cincuenta Holas, pedir la tarea (esa que la haga el chamaco), ir a desayunos, organizar mítines, chismear, o lo que sea porque estoy trabajando” ellas se quejan de las interrupciones mientras trabajan o que se acaba la batería demasiado rápido de tanto que vibra el celular. Las comprendo, tienen harta razón. Les pido disculpas por todas las que chateamos de más. ¡Ups!
A pesar de todo esto, de que somos intensas y más en los chats, disfruto mucho ser parte de ellos. No me quejo porque gracias a los famosos #MomChats siempre recuerdo que al día siguiente tengo que llevar de nuevo al hijo a la escuela.
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