Las enfermedades del corazón son solo son un problema de salud para los adultos, sino que también afectan a los niños. “Es posible que tu hijo nazca completamente sano, sin ningún problema en el corazón, pero si el niño o la niña tiene exposición a bacterias que dañan el corazón”, explica Carlos Alva Espinosa, cardiólogo pediatra.
Estas son las bacterias que dañan el corazón
El entrevistado explica que hay diversidad de bacterias que pueden contaminar el tejido cardiaco cuando entran al cuerpo infantil en las siguientes circunstancias:
- Uso de catéteres
Cuando a un niño le colocan en un hospital un catéter para respirar, orinar o cualquier otra situación médica, se corre el riesgo de que ese catéter llegue a contaminarse y las bacterias entren a su cuerpo por el torrente sanguíneo hasta llegar al corazón, allí lo comienzan a dañar.
- Fracturas expuestas de hueso
Cuando un menor de edad de fractura y su hueso se observa a simple vista es posible que se contamine con bacterias del ambiente. Y si la fractura no se trató con antibióticos y asepsia, ocurrirá que las bacterias que se depositaron en el hueso “viajarán” hasta el corazón y lo dañarán.
- Tratamientos dentales sin higiene
Los tratamientos dentales en los niños deberán tener máxima higiene (asepsia) puesto que las bacterias de la boca pueden llegar al torrente sanguíneo y lesionar el corazón. En las cirugías de labio y paladar hendido también hay riesgo de contraer bacterias que dañan el corazón.
“Cuando entran bacterias en el cuerpo del niño llegarán directo al corazón y desarrollarán una enfermedad llamada endocarditis bacteriana (EB), es una infección del tejido que recubre el corazón por dentro y va afectando las válvulas cardiacas”, explica el cardiólogo pediatra.
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Los microorganismos entran en la circulación y se depositan en las paredes del corazón, proliferan y van destruyendo el tejido valuar del órgano cardiaco, es cuando el menor de edad comienza con manifestaciones de insuficiencia cardiaca: respiración rápida y con dificultad (disnea), fiebre alta sin causa aparente, hinchazón de pies, piernas, cuello, vientre y venas del cuello; cansancio, desmayos y dolor en el pecho.
La gravedad de los síntomas dependerán del grado de afectación del corazón. “En algunos casos solo brindamos tratamientos con medicamentos para eliminar la bacteria del torrente sanguíneo y del corazón; pero si el daño ya es muy grave se tienen que reemplazar las válvulas cardiacas”, indica el experto.
Nacer con el corazón mal
Además de las bacterias que dañan el corazón , los niños en México también pueden tener problemas en este órgano desde que nacen: “ocho de cada mil niños nacidos vivos en el país, tienen problemas cardiacos porque su corazón tiene defectos en su estructura y no funcionan correctamente”, señala Alva Espinosa.
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Los defectos congénitos del corazón son más comunes en los varones, “no sabemos la razón, pero en México y en el mundo, son los niños en los que vemos con más frecuencia con problemas cardiacos desde el nacimiento”, expone el cardiólogo pediatra.
El corazón del recién nacido puede tener diversos tipos de defectos: algunos son de estructura, otros de comunicación y otros de obstrucción.
El pequeño se pone azul
Después del nacimiento, el pequeño comenzará a presentar ciertos síntomas que indiquen un problema cardiaco. “Por lo general, el niño comienza a ponerse azul: labios, lengua, ojos y debajo de las uñas, este tipo de coloración se adquiere porque no tiene oxígeno en la sangre”, advierte el cardiólogo pediatra Alva Espinosa y refiere que: cuando el pequeño está en el útero, es el corazón de la madre quien le proporciona el oxigeno suficiente para vivir, pero cuando nace es cuando comienzan las señales de daño cardiaco.
“Antes del nacimiento es posible hacer un ultrasonido para revisar que las estructuras del corazón estén completamente bien formadas y no haya ningún otro problema de comunicación, y si se detecta se puede realizar una cirugía a tiempo y evitar así el sufrimiento del recién nacido”, indica.
Además de la coloración azul, el pequeño tendrá dificultades para respirar, y se ahogará en el momento de tomar su leche: el pequeño se pondrá azul en cada toma y comenzará a toser y a llorar, puesto que su corazón está haciendo un sobreesfuerzo para funcionar correctamente.
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Si el bebé se tarda mucho tiempo en tomar su leche (ya sea del biberón o del seno materno) es un señal de que algo anda mal en su corazón, si además suda en exceso y hace un gran esfuerzo para llevar aire a sus pulmones, es necesario llevarlo a un hospital que tenga atención cardiaca pediátrica, puesto que está en alto riesgo.
“Cuando un niño es diagnosticado a tiempo, tendrá una calidad de vida normal, puesto que en México hay extraordinarios médicos que realizan intervenciones quirúrgicas desde que el bebé está en el vientre o en los primeros días tras el nacimiento”, puntualiza el Alva Espinosa.
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