Los sonidos contundentes e intensos, como los de los cohetes y fuegos artificiales, dañan los oídos de los menores de edad, especialmente de los recién nacidos y prematuros. Los daños están latentes sin importar que las exposiciones ocurran en el cielo (por fuegos artificiales) o en el suelo (por la quema de “palomas”, “buscapies”, “antorchas” y “rueda de ferias”, entre otros.
Daños en el oído en niños a causa de los cohetes
“El trauma acústico por ruidos extremos, como los de los fuegos artificiales, causan en los niños, especialmente en los menores de cinco años, daños que pueden ser irreversibles, puesto que los diminutos huesecillos —que integran el oído— se fracturan”, explica el otorrinolaringólogo, Sergio Caretta Barradas, presidente de la Sociedad Mexicana de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello.
El experto advierte que lo ideal es “no exponer a los niños a los ruidos intensos, puesto que es muy complicado conocer si el pequeño está perdiendo o no el sentido del oído. Solo con una revisión precisa se puede precisar si hay daño y la intensidad de éste”. En algunos casos, los niños mencionan que escuchan sonidos del tipo zumbidos, susurros o tronidos, pero no ocurre en todos los casos, a esos síntomas se le conoce como tinnitus.
Los gritos y la música también dañan
Los cohetes o fuegos artificiales puede alcanzar sonidos que van de los 150-175 decibeles (dB) y “cuando nos exponemos a ruidos mayores a los 80 dB ya comienza el daño. Por eso recomiendo que nunca, en ninguna etapa de la vida, se exponga a las personas a estos ruidos”, precisa Caretta Barradas.
No es solo los fuegos artificiales dañan sino cualquier ruido intenso, por ejemplo: los gritos de los padres también afectan los oídos, especialmente si son constantes en el hogar; asimismo, el ruido de los motores de los automóviles y aviones (para los que viven cerca de sitios con esos vehículos es necesario proteger los oídos), y también la música a un volumen alto.
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Al respecto, el otorrinolaringólogo Caretta Barradas indica que “desaconsejo el uso de audífonos en los menores de 15 años, porque ellos aún no tiene el criterio para saber que el volumen está alto y pueden estar escuchando a intensidad extrema, lo que lesiona el oído interno”.
Si el pequeño no oye tampoco hablará
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la pérdida auditiva inducida por el ruido puede afectar muchos aspectos de la vida, pero en los niños el impacto es aún más importante: afecta la adquisición del lenguaje. Un niño que no escucha es complicado que hable, puesto que no oye los sonidos ni conceptualiza lo que significan las palabras. De esta manera, comenzarán los problemas de aprendizaje (lectura y escritura), y de conducta pues la ansiedad y búsqueda de atención serán constantes.
La exposición al ruido en los niños se refleja en la disminución del rendimiento académico, puesto que si en niño no escucha y lo sientan hasta atrás en el salón de clase no prestará atención, se distraerá fácilmente y no podrá participar activamente en la clase. Será un niño que sea catalogado como flojo, distraído o desobediente, pero en realidad no escucha.
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Consejos para cuidar los oídos de tus hijos frente a los sonidos
- El Instituto de Oído, nariz y garganta de Estados Unidos recomienda a todos los padres que sigan esta recomendaciones:
- Evita exponerlos a la truena de pirotecnia Nunca limpies sus oídos con hisopos, los oídos tienen un mecanismo natural de limpieza
- Evita que use audífonos para escuchar música, televisión o practique con los videojuegos
- Si vives en zonas cercanas a estaciones de trenes, avenidas principales y aeropuertos, coloca en tu casa paredes de corcho, que absorben ruido.
- Existen diversos diseños, también los puedes colocar en ventanas o suelos.
- Utiliza audífonos protectores, que aíslan el ruido, en casos necesarios
- Emplea la distancia, no le permitas jugar cerca de bocinas, maquinaria pesada o equipo que haga ruido extremo.
- Llevarlo al menos una vez al año con el otorrinolaringólogo para que le haga una revisión completa.
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