De acuerdo a un comunicado de la secretaría de salud pública de la Ciudad de México, alrededor del 5% de los niños y adolescentes presentan trastorno por déficit de atención (TDAH) con o sin hiperactividad.
De hecho, su diagnóstico tarda entre 3 y 5 años debido a que el comportamiento es malentendido o confundido con problemas de conducta, de crianza o son catalogados como niños extremadamente activos.
Lo que dice la ciencia del Trastorno por Déficit de Atención
Por otro lado, aún cuando existe evidencia científica en la que se ha demostrado que en el cerebro de los niños con TDAH hay estructuras que son de menor tamaño o tardan más en desarrollarse.
Lo anterior es porque físicamente no se observa ninguna diferencia entre quienes lo viven o no. Gracias a estas evidencias se puede decir con certeza que el Trastorno por Déficit de Atención es un problema funcional relacionado con algo estructural.
Estas diferencias están relacionadas con estructuras que están involucradas en la toma de decisiones, el comportamiento con propósito, autocontrol, memoria a corto y largo plazo, memoria de trabajo, control del movimiento, estado de ánimo, motivación y control emocional.
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También tiene relación con las dificultades de comunicación entre las neuronas, lo que causa problemas para inhibir el comportamiento y al mismo tiempo afectan el pensamiento, mente, y emociones, por lo cual los críos suelen tener conductas «inapropiadas» de acuerdo a la edad o situación.
Entender y conocer este trastorno puede ayudar a mejorar la atención de los niños, así como la colaboración ente los diferentes participantes para su acompañamiento, crianza y tratamiento.
El diagnóstico médico del TDAH sigue siendo clínico y se complementa con pruebas de atención computarizada y estudios neuropsicológicos y psicopedagógicos que ayudan a los especialistas a diseñar un plan de trabajo acorde a las necesidades específicas e individuales.
Las emociones de los críos con TDAH
Es muy importante que durante el diagnóstico los padres aporten toda la información psicosocial en la que se está desarrollando su hijo, ya que hay situaciones que pueden causar ansiedad o estrés, que generarán más comportamientos similares al TDAH.
Para los niños con TDAH es difícil regular sus emociones y moderar sus reacciones. La cuestión relacionada con la atención tiene impacto directo en el lóbulo frontal del cerebro, en la parte motora encargada de llevar la acción hacia una meta y mantenerla, por ello es que les cuesta trabajo planear, organizarse, iniciar y finalizar tareas, anticipar, tomar decisiones, inhibir distractores o recordar lo que estaban haciendo.
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El Trastorno por Déficit de Atención es un trastorno de autorregulación entendida como la habilidad de elegir cómo inhibir comportamientos y comprometerse a realizar una serie de acciones autodirigidas.
Para el futuro, la autorregulación no se aprende ni está relacionada con la educación o el tiempo que le dedican como padres, tiene un origen neurogenético y es por eso que parar, esperar y anticipar no es cosa fácil de enseñar.
Para tu crío es difícil recordar experiencias pasadas para aplicarlas al presente. Es decir, si realiza un comportamiento inadecuado nuevo o persistente tendrás que narrar con paciencia la historia de las consecuencias y la reflexión.
Cuando te des cuenta que no puede frenar una conducta no lo regañes ni lo expongas o compares, ya que no está haciéndolo para molestarte ni por falta de educación, acércate a él/ella con paciencia y compasión.
Lo ideal es hacer respiraciones, acompañándolo o pidiéndole que camine un poco en el patio, jardín o den una vuelta tomados de la mano. Colócate a su altura para explicarle que entiendes que se sienta de tal manera y más tarde platiquen de la forma en cómo podía haber hecho las cosas.
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Entiende que olvida las cosas o la instrucción que le acabas de dar y eso sucede por las dificultades con la memoria de trabajo.
De hecho, sucede igual que cuando bajas a la cocina por un vaso de agua y estando ahí no recuerdas a qué bajaste, esto lo hace sentirse confundido y frustrado, por eso diseña estrategias que ayuden a no olvidar lo que están haciendo.
Estas son algunas situaciones que viven los niños con esta condición
- Ayúdalo a planear, organizar y resolver cómo hará las tareas que le pides o las escolares.
- Es importante enseñarles a hablarse para que formen su lenguaje interior. Pídele que en algunas ocasiones vaya narrando lo que está haciendo mientras lo realiza.
- Le costará trabajo motivarse por lo que si continuamente le llamas la atención y peor aún si se siente exhibid@ o comparad@ con sus hermanos, primos. Le costará aún más y empezará a presentar comportamientos disruptivos.
- Recuerda que su problema no es perceptivo ni conductual, así que ayuda a la motivación, no te molestes si no está haciendo lo que le pediste y apóyalo a comenzar o a retomar la actividad.
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- Lo que más frustra a un niño con TDAH es no sentirse comprendido, ya que le es difícil o no sabe expresar lo que siente para así regular sus emociones. Ayúdale a nombrarlas.
- Recuerda que tu crío siempre va a tratar de demostrarte que él o ella es lo que tú piensas que es, pues está formando su identidad así que si tú lo regañas, reprimes, y utilizas palabras como no eres capaz o te portas mal, será imposible que hagas caso.
- Será difícil que algo cambie si no lo motivas, por eso enfócate en sus fortalezas, logros, porque eso ayudará a que los repita y tendrá herramientas para que logre el éxito.
Tener TDAH no es una tragedia, es una forma de desarrollo diferente, los niños con TDAH son niños que desarrollan una extraordinaria intuición.
Además, tienen una considerable creatividad, gran entusiasmo hacia lo nuevo o que llama su atención, enorme capacidad de hiperconcentración en actividades o temas que les entusiasman.
También son niños que desarrollan una amplia resiliencia, por todas las veces que se equivocan, lo cual los lleva también a ser persistentes.
Alejandra Angers Franzoni es experta en Comunicación Humana, Aprendizaje, Neurospicologia, Conciencia Plena Aplicada y Creadora de Leopa.
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