CUNA: ¿Cómo criar niños que toleren la frustración?

martes, 13 de septiembre de 2022

¿Cómo criar niños que toleren la frustración?

Todos los padres deseamos que nuestros hijos salgan exitosos de los conflictos y sinsabores de la vida. ¡Que no sufran! ¡tampoco lloren! ¡no les hagan daño! ¡que mucho menos tengan miedo de la vida! Por el contrario, que sean felices y se mantengan alegres.

Sin embargo, no todo los padres tienen la capacidad de brindarle a los hijos las herramientas que deben tener para enfrentarse positivamente a un mundo que, a veces, puede ser muy duro y además que generen habilidades para tolerar la frustración.

Y ¿por dónde comenzar? de acuerdo con la doctora Lourdes Mejía Trejo, instructora en habilidades socioemocionales, es importante fortalecer la mente de tu pequeño, y lo primero que debes hacer es aprender que todas las emociones son esenciales.

¿Cómo criar niños que toleren la frustración?

Primero: las emociones son básicas

“Las emociones no son buenas ni malas, son emociones y todas son importantes para el desarrollo de los menores de edad. Por tanto, aprender a manejarlas será clave para enfrentar todas las circunstancias de la vida”, explica Mejía Trejo.

Por eso, nunca hay que decirle a los hijos: “los niños bonitos no se enojan”, “la tristeza es mala” o “siempre debes estar alegre”, recomienda la entrevistada y refiere que: “todos los humanos deben saber manejar las emociones: “sentirse enojado está bien, lastimar o violentar a otros no es lo correcto”.

Segundo: las habilidades socioemocionales, la clave

Cuando un niño sabe manejar sus emociones, entonces construirá habilidades socioemocionales que le permitan vivir en armonía con ellos mismos y con los sentimientos de los otros. Cuando un niño es capaz de autorregulares, podrá enfrentar, por ejemplo: la muerte de sus seres queridos, los cambios de escuela, la frustración ante la derrota y cualquier otra situación.

Tercero: hazlos responsables

No les resuelvas todo en la vida. Dale responsabilidades de acuerdo con su edad y sus capacidades, pero recuerda que no todos los niños maduran del mismo modo. Así que no esperes a que tu hijo siga a la par los pasos de su hermano mayor o del primo de la misma edad. “No les hagas la tarea”, “que laven su plato y vaso sucios”, “que saquen la basura”, “que busquen un trabajo de verano”, y “que ahorren para comprar lo que ellos sueñan”.

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Cuarto: castigo no disciplina sí

Por su parte, la psicóloga Maricela Fonseca Analco, maestra en Orientación Familiar y directora en Consultorio de Atención Integral, explica que un niño aprende mejor cuando se le disciplina y se le hace consiente de su error. “Recordemos que no hay ser perfecto, por eso, buscar que los niños se desempeñen sin fallas y, todavía, castigarlos por ello, es perjudicial. La reflexión, el diálogo, la empatía y la disciplina son más valiosas que cualquier castigo físico o corporal.