Alguien que no es un buen padre no necesariamente es uno malo. Primero que nada hay que decir que si tu pareja abusa emocional, física o sexualmente de su hijo (o de ti), no hay punto de discusión, ese sí es un mal padre y hasta mala persona.
Tu tarea principal es poner a salvo a tu hijo y a ti y después lo que proceda en su caso. No es lo mismo la maldad que la incompetencia.
¿Cuándo decir que tu pareja no ha sido buen padre?
-Cuando no ofrece lo que se espera de él.
-En términos personales (lo que tu esperabas o soñaste que sería).
-Cada uno tiene sus expectativas, pero las básicas podrían ser que:
*Muestra poco o ningún afecto a sus hijos.
*No proporciona apoyo emocional a sus hijos.
*No establece reglas, límites o expectativas o lo hace de forma muy autoritaria y demandante.
*No conocen la vida emocional y de relaciones de su hijo.
*No participa efectivamente en la educación y crianza.
En términos sociales.: La mayoría suele sujetarse a aspectos de proveeduría. Muchos dicen que si aporta dinero, pues ya está “cumpliendo”. Es por eso que muchos se refieren a un padre como “responsable” o “irresponsable”.
Entonces alguien que definimos como que no es buen padre podría ser realmente:
-Alguien muy ocupado y saturado que no se hace tiempo para otras áreas de su vida.
-Alguien que no puede vincularse afectivamente con otros.
-Una persona emocionalmente inmadura, como aquellos que tuvieron hijos muy temprano en la adolescencia.
-Alguien que se resiste a la idea de la paternidad, especialmente cuando esta no fue voluntariamente buscada.
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¿Si no es un buen padre, entonces tampoco es una buena persona?
Tendemos a juzgar a una persona generalizando una falla hacia el resto de su personalidad, pero así como hay personas que suelen ser buenos amigos, pero no tan buenos hermanos o competentes en lo profesional, pero que dejan mucho que desear en la social o afectivo, hay personas que podrían ser buenas parejas, pero padres incompetentes.
Pero más allá de eso están tus expectativas.
-A lo mejor sentías confianza en que tu pareja sería un padre increíblemente bueno porque lo habías visto interactuar con niños y parecía muy paternal. ¿Por qué, entonces, la paternidad no es algo que se le dé? Pues porque, por ejemplo, con esos niños no está emocionalmente involucrado ni es responsable de ellos.
-¿Hablaste con tu pareja acerca de la paternidad y hubo acuerdos previos o sólo intuían que sabían en lo que se estaban metiendo, pero ya se dieron cuenta que no?
Cuidado con el “amor”, el miedo o la necesidad.
A veces, sabiendo que la persona no tiene las competencias necesarias, ni la voluntad para desarrollarla, dudas cómo actuar, aún contra los intereses de tus hijos por:
-Un supuesto amor que realmente podría ser una relación codependiente.
-El miedo a que te deje, te deje de querer, se enoje o te dé un escarmiento.
-La necesidad de aquello que provea que tú no te diste a la tarea de desarrollar y entonces creaste una dependencia del otro. En este caso económica.
¿Pero si el acuerdo es que él trabajaba y yo cuidaba a los hijos? Aún así, ¿a poco nunca pasó por tu cabeza la posibilidad de que un día, por la razón que fuera, ya no estuviera? Que se muriera, que quedara en estado de coma, discapacitado, se fugara con un amante o simplemente no estuviera a la altura de lo que demanda la paternidad. Quedarte en una relación afectiva con alguien que no sabe, pero sobre todo que no está realmente interesado en ser padre es posible, pero eventualmente sentirás mucha frustración.
¿Qué puedes hacer?
Si hay voluntad de ambos para mejorar esto:
-Hagan explícitas las expectativas y no esperes que todo mundo sea naturalmente competente, esté dispuesto o quiera asumir un rol paterno.
-Ayuda saber un poco de la historia familiar del otro, pero es mejor ser directo y conversar acerca de la expresión de afecto, apoyo emocional, crianza y temas de manutención.
-Hagan ajustes una vez llegados los hijos.
-Una cosa son los planes y otra la realidad. Tendemos a hacer cuentas alegres y a pensar que todo será menos agotador de lo que realmente puede resultar ser.
-Sostengan entre ambos y para con los hijos actitudes de: Flexibilidad, empatía, solidaridad, límites claros y capacidad de negociación.
Si no hay voluntad de la persona.
-Se le puede obligar a algunas cosas, como que de dinero, pero nunca se le podrá obligar realmente a asumir un rol paterno en toda la extensión de la palabra.
-Replanteate tu permanencia dentro de esa relación, protege y provee a tus hijos y deja que eventualmente ellos establezcan la relación que les sea posible con aquel padre conforme vayan creciendo y sean adultos.
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Mario Guerra
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