martes, 29 de septiembre de 2020

Tamiz de cadera ¿sabías de su existencia?

Hay bebés que nacen con problemas en la cadera, otros se la dañan los primeros días de nacimiento porque son envueltos como «tamalito». Por ello, es primordial una visita al ortopedista pediatra para que le realicen un tamiz de cadera.

¿Qué sabías del Tamiz de cadera?

Todas las mamás sabemos del tamiz metabólico neonatal (ese que se hace en los primeros días después del nacimiento y que diagnostica desórdenes metabólicos gracias al análisis de unas gotas de sangre extraídas del talón) y del tamiz auditivo (que determina si hay algún grado de sordera en el recién nacido), pero pocas personas conocemos la existencia del tamiz de cadera.

Afectados, uno de cada 250 recién nacidos

La ortopedista pediátrica, Alhelí Bremer, integrante de la Sociedad Mexicana de Ortopedia Pediátrica, explica que es común en México, y en el mundo, el nacimiento de niños afectados con la llamada displasia del desarrollo de la cadera (DDC).

De acuerdo con el Instituto Nacional de Pediatría, en México se presentan de cinco a 15 afectados por cada mil nacidos vivos y es más común en mujeres que en varones. Esta alteración es diagnosticada, en el 17% de los casos, antes de los 6 meses y 83% los hacen después de ese tiempo cuando ya hay secuelas y discapacidades, porque entre más pase el tiempo, más difícil es remediar las afectaciones de la cadera.

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Pero también, hay padres que realizan (por desconocimiento o tradición) acciones que pueden ser riesgosas para la cadera de hijo. Por ejemplo:

1. Envolver al recién nacido como «tamalito»
Cuando se tapa, arropa o envuelve al pequeño de esta forma, se cierran las piernas de tal manera que lesionan gravemente la cadera pues el fémur se llega a zafar.

2. Uso de andaderas
Estos dispositivos están en desuso porque limitan el desarrollo de la vista del niño (chocan fácilmente porque el ojo no entiende la profundidad); además, los pequeños suelen caer por las escaleras por descuido de los padres o tutores y, por supuesto, facilita la luxación de la cadera.

3. Cargarlo con las piernas juntas
Con cangurera, rebozo o fular es necesario que el niño tenga las piernas tipo «ranita» (muy abiertas) y no juntas porque esta última postura lesiona la cadera.

¿Displasia o luxación?

La displasia del desarrollo de la cadera (DDC), anteriormente conocida como luxación congénita de la cadera, integra diversas anormalidades anatómicas que afectan la articulación, la cabeza femoral y ciertos bordes de la cadera. Así, los recién nacidos afectados con la DDC presentan diversos tipos de estructuras alteradas:

Displasia
Ocurre cuando existe una alteración en el crecimiento de las estructuras anatómicas, incluidas partes blandas de la articulación de la cadera y del fémur.

Subluxación
La cabeza femoral tiene un tamaño adecuado, pero está en una posición incorrecta y se puede identificar con un tamiz de cadera.

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Luxación
Es aquella situación en la que no existe contacto entre las superficies articulares de la cabeza femoral y acetábulo. Existen varios tipos de luxaciones y su tratamiento dependerá del grado de afectación y edad del paciente.

La importancia del tamiz de cadera

El tamiz de cadera es un estudio que se debe realizar a todos los recién nacidos en México (en Alemania, Austria y Francia tienen programas nacionales de diagnóstico por medio del ultrasonido, al mes de vida) de preferencia antes de las seis semanas de nacimiento, pues de esa manera, se puede brindar un tratamiento poco invasivo», explica la experta.

Sin embargo, no existe un consenso nacional en el que se someta al tamiz de cadera a los niños mexicanos. Pues en algunos hospitales sí se revisa al recién nacido; pero en otros, ni siquiera se menciona el estudio y son los padres, que, al paso de los años, observan que su hijo no camina bien, cojea o llora al tratar de sentarse o caminar.

«Los ortopedistas pediatras en México utilizamos dos tipos de recursos para conocer cómo está la cadera del lactante, ya sea por medio del ultrasonido o de los rayos X, con los cuales se miden y observan claramente la cadera, el fémur y sus estructuras», dice Bremer.

Cuando se diagnostica a tiempo se busca que el tratamiento sea con yeso, férula o cojines ortopédicos y se busca evitar la cirugía de reemplazo de cadera. Sin embargo, «en México hay un gran número de pacientes que no fue diagnosticado a tiempo y hoy tiene que someterse a cirugías dolorosas», lamenta la ortopedista experta en niños, que recomienda el tamiz de cadera.

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La población con mayor riesgo

De acuerdo con la Guía de Práctica Clínica para el Diagnóstico y Tratamiento Oportuno de la Displasia del Desarrollo de Cadera, del gobierno federal mexicano, la DDC se clasifica de la siguiente manera:

Riesgo bajo
Varones con presentación cefálica (nacieron de cabeza, que es lo ideal) y antecedentes familiares positivos

Riesgo medio
Todas las niñas
Niños con presentación pélvica (nacieron con las nalgas primero).

Riesgo alto
Niñas con antecedentes familiares positivos
Niñas con presentación pélvicas
Niños con antecedentes familiares positivos y presentación pélvica

«Así como los padres llevan a sus hijos con el pediatra cada mes o a sus vacunas, también es recomendable llevarlo con el ortopedista pediátrico a las seis semanas de nacido, a los tres meses y a los ocho meses, y después, cada año a fin de diagnosticar a tiempo la displasia de cadera o cualquier otra alteración en rodillas, tobillos, columna o pies», destaca Bremer.

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