Muchas veces los hijos no comen y podría ser porque tienen estrés infantil y por eso deja la comida a un lado y no es que no tengas buen sazón.
¿Cuántos de nosotros crecimos con el: “déjalo que no coma, ya querrá comer” o “no te paras hasta que te lo termines”? ¿Y cuántos de nosotros lo aplicamos con nuestros hijos? Estos escenarios tienen consecuencias.
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La alimentación de los niños
La alimentación es el comportamiento más complicado del ser humano, ya que para comer y alimentarse deben funcionar 7 áreas de forma integral:
*Órganos y sistemas
*Sistema motor y muscular
*Sistemas sensoriales
*Aprendizaje
*Neurodesarrollo
*Estado Nutricional
*Ambiente (Cuidadores)
Si el niño “come” o “no come”, dependerá de 7 áreas que debemos evaluar y tratar ante una dificultad en la alimentación y lo que estamos haciendo como cuidadores:
Órganos y sistemas.
Se ha identificado que los niños con reflujo gastroesofágico (ERGE) tienen cierta aversión a los alimentos y texturas, incluso cuando ya ha remitido la enfermedad. Esto tiene que ver con que ha quedado impregnado en su memoria el dolor o incomodidad que les causaba, de este modo los niños evitan comer porque a pesar de poder tener un tubo digestivo funcional, no han aprendido que comer ya no es doloroso o difícil y es aquí cuando empieza el estrés infantil.
ESCENARIO: Esta es un situación muy frecuente y que incluso causa más estrés a la mamá. El niño no come, lo llevan con el Gastroenterólogo, le hacen estudios y le dicen a la mamá: “su tubo digestivo funciona bien y tiene habilidades normales para tragar”.
La mamá se va a casa y le da alimento, y el niño no acepta. Mamá piensa que está haciendo algo mal y no logra que coma, entonces se centra en “hacerlo comer” porque en ese “hacerlo” dependen sus capacidades como ”buena o mala mamá”, entonces se pierde la alimentación dirigida al niño y se transforma en una alimentación dirigida al adulto por “hacerlo comer”, “que cubra kcal”, “que suba de peso”.
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Sistema muscular y motor:
El sistema muscular incluye la motricidad gruesa, motricidad fina, habilidades oralmotoras, músculos internos y del tracto gastrointestinal. El tono muscular y la fuerza son la base para movimiento más sofisticados.
ESCENARIO DE ESTRÉS: Los niños que no tienen una habilidad eficiente de masticación rechazan carnes, frutas con cáscara y gran variedad de vegetales, principalmente crudos.
Frecuentemente los adultos creamos todo un imaginario del comportamiento del niños que resulta bastante irrespetuoso y llega a causar estrés infantil que luego se «disfraza» como: mañoso, consentido, mal portado, manipulador, “es pura maña”, “lo hace a propósito”, “bien que sabe».
O culpamos a la mamá: esto es por darle tanta lactancia, tus prácticas modernas de crianza respetuosa, por andar dejándolo ensuciarse, por dejarlo que no coma.
”Déjamelo a mí, vas a ver si no va a comer”, “tú que vas a saber si yo crié a …. hijo(s) y nada de esto les pasó”, “déjalo que no coma, luego le va a dar hambre”.
Sistemas sensoriales
Comer es un reto sensorial continuo, desde que se presenta el alimento y el cambio que va teniendo en la boca con la masticación.
Este cambio significa un reto mayor cuando el niño presenta sensibilidades sensoriales, porque los niños con sensibilidades sensoriales tienden a preferir todo de un mismo modo, sin cambios, porque a más cambios mayor reto sensorial.
Esto lo percibe su cerebro como riesgo: da una emoción de miedo y el comportamiento que vemos es evitar, alejarse o si ya estaba en la boca, escupirlo. Aquí es donde se vuelve a manifestar el estrés infantil.
ESCENARIO DE ESTRÉS: Se han realizado estudios de niños con dificultades en la alimentación donde entre un 68-100% tenían sensibilidades sensoriales (perfil sensorial atípico).
¿Y qué hacemos cuando un niño escupe el alimento? Se lo volvemos a intentar meter a la boca, el niño mueve la cara, nosotros perseguimos con la mano o la cuchara “intentando que coma”, el niño lo traduce como desagradable, agresión, frustración, estrés y por ende llora.
Aquí algunos adultos dejan de intentar y lo bajan, otros ignoran el llanto y siguen intentando hasta que el niño avienta los alimentos el plato y comienza a gritar… ahora el niño es un llorón y ya está haciendo su berrinche por no querer comer.
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Aprendizaje:
Los niños aprenden de cada actividad que hacen, desde estar sentados mirando sus manos, imaginando, gateando o dibujando. Los niños pequeños pueden comer entre 5-11 veces dependiendo la edad entre lactancia/Leche y alimentos, si este niño tuviera una condición médica que estuviera causando una dificultad alimentaria, estaría repitiendo experiencias negativas.
ESCENARIO DE ESTRÉS: “Imagínate que es…” Se lo repites múltiples veces cada día y cientos de veces cada semana y miles de veces cada año, de este modo el niño aprende que comer es algo que se debe evitar (dolor, limita su respiración, genera estrés y llanto), si esto se agrega a una dificultad motora o sensorial, entonces el niño además siente que se estremece (miedo, tiemble) o se está atragantando, entonces aprende a evitar comer.
Este aprendizaje de “evitar comer” permanece incluso después que se haya resuelto la enfermedad o adquirido la habilidad, porque todavía no ha aprendido a no tener miedo a comer.
Desarrollo/Nivel cognitivo
Proceso de adquisición de habilidades a lo largo del tiempo, las cuales son una secuencia progresiva y temporal. Comer es un reto si no tienes las habilidades de desarrollo necesarias, ya que al estar interrelacionadas, el rezago en 1 impacta en la otra.
ESCENARIO DE ESTRÉS: Vemos que se ofrecen alimentos por arriba de las capacidades para comer. Debemos conocer en qué nivel cognitivo está el niño para interactuar de mejor forma con el alimento.
Nutricional: Los déficits nutricionales influyen en las capacidades alimentarias, muchos niños cubren kcal en la dieta pero tienen deficiencias en nutrientes (macro o micro) porque son selectivos o la calidad de la dieta que se les ha presentado es inadecuada.
Ambiente: Determinado por la relación entre el niño-cuidador/es (díada) y del tipo de apego que construye el niño con esta relación (apego lo construye solo el niño), esto determina la forma en que el niño aprende a comportarse para maximizar su cuidado y minimizar su estrés.
ESCENARIO DE ESTRÉS: Cada experiencia con el cuidador genera ventanas de aprendizaje de 2-3 segundos, que a medida que se repiten, su cerebro aprende a predecir lo que va a suceder y por ende cómo debe comportarse para ser cuidado por ese cuidador.
Recordemos que los niños pequeños están en una etapa vulnerable de la vida, ya que no pueden cubrir sus necesidades, entonces para asegurar su supervivencia, ellos nos entregan todo su ser y se lleva a cabo una sincronización psicobiológica.
Lo anterior significa que el comportamiento del niño depende de la forma en que sea cuidado y por supuesto del estado de salud mental de su cuidador.
Monserrat Díaz Zafe, Médico Pediatra Especialista en Nutrición y Dificultades de la alimentación Infantil, Certificada en entrenamiento SOS Approach to Feeding. Directora y Fundadora de DYORÚ, Clínica Pediátrica con presencia en toda la República Mexicana y a nivel mundial.
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Monserrat Diaz Zafe