Si saliéramos a la calle ha hacer una encuesta sobre la utilidad de hacer propósitos en año nuevo con los niños seguramente conseguiríamos un mal reporte.
Muchas mamás y papás piensan que las “buenas intenciones” no lleguen más allá de principios de febrero.
Tú que piensas? ¿Haces propósitos con tus hijos cada año que empieza? ¿Los cumples? O ¿Hacen siempre el mismo propósito porque jamás logran cumplirlo; pero no pierden las esperanzas?
Desde que el ser humano habita este planeta, ha ordenado su vida y su futuro en función de los ciclos de la naturaleza. Planea sus cosechas, sus traslados o sus negocios en función de la época del año y es por eso que el principio y el fin de cualquier periodo es momento de recuento, de reflexión y por lo tanto de planes para el futuro. De modo que no importa si los propósitos de año nuevo llegan a cumplirse o no; la realidad es que siempre sirven, porque nos proporcionan las cinco “Rs” que tus hijos deben aprender y practicar por lo menos una vez cada 365 días
REFLEXION:
Los niños y jóvenes que acostumbran hacer propósitos para el año que empieza necesariamente tienen que reflexionar sobre el pasado y esa es ya una gran utilidad.
¿Qué me faltó? ¿Qué debo comenzar? ¿Qué terminaré? ¿Qué hice bien? ¿En qué falle?
Ojalá el año durara seis meses para que por lo menos tuvieran que duplicar este ejercicio mental y emocional tan necesario para su madurez emocional.
La reflexión les permite “Re tapizar” su vida, “escombrar” en las rutinas y “ordenar” las cosas por su importancia en vez de hacerlo por su urgencia.
OJO: No reflexiones por ellos, este es un ejercicio personal que les costara trabajo ero debes tener paciencia para que salgan las palabras desde su cabeza y no la tuya.
REFLEJO:
¿A qué se refieren los propósitos este año? El tema tendrá mucho que ver con los aspectos que aún tenemos en conflicto, con los asuntos que no han logrado superar o bien con sus verdaderos intereses o carencias.
El tipo de propósito, se cumpla o no, refleja a dónde dirigen ellos su atención, en qué están pensando la mayoría del tiempo. O bien, en qué estamos insistiendo las mamás al grado de que nos quieran dar por nuestro lado, aunque no lo sientan de verdad.
“Este año seré de la selección de futbol de mi escuela” “Este semestre mejorare las calificaciones” Es uno de los propósitos más comunes; sin embargo, no refleja lo mismo en un niño de 7 años con problemas de motricidad que en otro de 10 que ha logrado medallas en otros deportes.
El propósito del primero, se refiere a una aspiración difícil de lograr, a su necesidad de sentirse bien. El segundo caso, se puede referir la necesidad de reafirmarse en algo que ya ha logrado otras veces.
Pregúntales a tus hijos cuáles son sus propósitos de año nuevo y conocerás lo que ha ocupado su mente durante todo el año anterior, aún sin que lo hayan comentado nunca. Estos temas pueden ser: Su aspecto físico, sus carencias o fortalezas, su salud, sus relaciones con los demás, su autoestima etc.
El primer propósito en el que piensen es el más revelador ¿Te acuerdas cual fue?
REFERENCIA DE SÍ MISMO:
Hay propósitos de “evitar” y hay propósitos de “lograr”
Y esto habla del concepto que cada niño tiene de su propia persona. Habla también del concepto que les hemos transmitido sobre si mismos. Ejemplo: Eres chaparro, o necesitas engordar, o tus primos sacan mejores calificaciones que tú, etc.
Sus propósitos los definen como seres en “construcción”, en “reparación” o en “crecimiento”
No importa si los cumplen o no, el simple hecho de plantearlos de esta manera ya nos habla de lo que sienten y piensan sobre su propia vida, de cómo se refieren a ellos los demás.
Generalmente, el niño que quiere “dejar de hacer algo que antes hacía” se define a si mismo como un ser en “reparación” y si no cumple su propósito simplemente reafirma el concepto que tiene de estar “descompuesto”
El niño cuyo propósito de año nuevo es, lograr algo que antes no tenía es un ser “en construcción” que no tiene planeado completado su proyecto de vida, sea cual sea su edad y su salud. El simple hecho de mirarse de esa forma, favorece que la cumpla corroborando su idea de ser alguien “en proceso”. Hay otros más cuyo propósito es subir un escalón más en algún aspecto de su vida y ese se definiría como un ser en “crecimiento” cuyo espíritu ascendente generalmente lo lleva a cumplirlo.
Es curioso como nosotros mismos profetizamos el éxito o derrota de nuestros hijos en función de la manera como “profetizamos”. “A ver si no fallas otra vez como el año pasado”
REALIZACIÓN:
Se refiere a aquellas cosas o situaciones que nos hacen sentir plenos, útiles, “realizados”
Los propósitos de año nuevo, al estar rodeados de fiestas y vacaciones y reuniones familiares, toman un tinte idealista, romántico y aspiracional.
Es importante que los niños y jóvenes se hagan esta pregunta: ¿Qué me haría sentirme feliz, contento conmigo mismo o satisfecho? Tal vez lo que escuches no te guste pero no lo censures, permite que se expresen y a partir de eso puedes ir educando positivamente.
El que no aspira a nada no encuentra motivos para subir y un propósito ambicioso puede ser un gran motor para el resto del año.
REALIDAD:
Por último, los propósitos de año nuevo nos hablan de la realidad en la que nos encontramos al finalizar el año; pues si hemos vivido una pandemia, esa realidad nos lleva a proponernos más salud o si hemos vivido dificultades económicas en casa tal vez los niños se muestren muy ambiciosos en sus deseos.
La realidad del año anterior, modifica mucho lo que le pedimos al año que empieza y muchas veces nos sorprendemos con lo que un evento puede cambiar el rumbo de lo que un niño desea.
TIPS:
- Haz el ejercicio en familia de escribir cada quien por lo menos 3 propósitos de año nuevo.
- Pide que uno sea de algo material, otro de algo que cambie en ellos y el ultimo de algo para mejorar en familia o en el colegio, en el club, etc.
- Insiste en practicar las 5 “R” a lo largo del año
- Evita hacerle de secretaria, no les recuerdes o presiones, solo refléjales lo que ves.
- Es importante que los propósitos de tus hijos sean de verdad de tus hijos y no tuyos.
- Pon el ejemplo. Acepta que es difícil pero que todos pueden ser mas fuertes que los obstáculos.
Julia Borbolla, Psicóloga con 40 años de experiencia, imparte talleres para padres de familia y corporativos, Autora de “Sin dañar a terceros: El niño ante los conflictos de Papá y Mamá”, “Profesión Mamá: Adolescencia, la maestría”, Fundadora de la Clínica Grupo Julia Borbolla Psicología Integral, especializada en niños, niñas y adolescentes
T: 5556516988 y 5580152021 // Web: juliaborbolla.com // TW: @GpJuliaBorbolla // FB: Grupo Julia Borbolla
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Julia Borbolla
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