Así cambió la pandemia a los niños con Autismo y Asperger

La pandemia nos cambió a todos, ya lo hemos dicho hasta el cansancio, pero pocos nos hemos preguntado cómo le pegó a las personas que viven situaciones diferentes, como los niños que viven dentro del Trastorno del Espectro Autista y de los niños con Síndrome de Asperger, un trastorno del desarrollo que se incluye dentro del espectro autista.

Un artículo de la revista Molecular Autism, explicó que hubo un aumento en los síntomas de depresión y ansiedad en respuesta a la pandemia para las personas con autismo, en especial fue mayor para los adultos con autismo que para los niños.

Sin embargo se sintieron más aliviados del estrés social, pero experimentaron la pérdida del contacto social como algo difícil, lo mismo con las rutinas porque se les desequilibró todo.

Esto sin contar que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, aseguran que las personas con autismo tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones por la COVID-19 porque a menudo tienen trastornos inmunitarios y otros problemas de salud.

Un artículo publicado por la página Frontiers in Psychiatry aseguró que la mayoría de los niños dentro del espectro autista, tenían problemas de entender qué era la pandemia y las medidas sanitarias que debían tomar, como la distancia social o las higiene.

FACT: La Organización Spectrum Theraphy Center México aseguró que en el país aproximadamente 1 de cada 120 niños al año nacen con algún nivel de autismo.

Autismo

El autismo, o trastorno del espectro autista (TEA), se refiere a una amplia gama de condiciones caracterizadas por desafíos con las habilidades sociales, comportamientos repetitivos, habla y comunicación no verbal.

No existe un autismo sino muchos subtipos, la mayoría influenciados por una combinación de factores genéticos y ambientales. Debido a que el autismo es un trastorno del espectro, cada persona con autismo tiene un conjunto distinto de fortalezas y desafíos.

Asperger

Es un diagnóstico que en 2013, se convirtió en parte de un diagnóstico general de trastorno del espectro autista (TEA) en el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales 5 (DSM-5). Las habilidades típicas del lenguaje verbal y la capacidad intelectual distinguen el síndrome de Asperger de otros tipos de autismo.

Cambios en el neurodesarrollo

Un artículo publicado en enero de 2022 en la revista Nature por Melinda Wenner Moyer, titulado “The COVID generation: how is the pandemic affecting kids´brains?” resalta los siguientes resultados encontrados en estos años:

Los niños que han nacido después de la pandemia tienen un nivel de desarrollo significativamente menor comparado con los niños prepandemia en habilidades motoras gruesas, finas y comunicación, independientemente de si hubo una infección durante el embarazo o no (Shuffrey, L. C. et al. JAMA Pediatr. https://ift.tt/v0e7Vhj jamapediatrics.2021.5563 (2022).

Aunque a los niños les va relativamente bien si se infectan por el SARS-COV2, los resultados preliminares muestran que el estrés durante el embarazo pudiera afectar negativamente el desarrollo cerebral en algunos niños.

Adicionalmente, la interacción de los padrss con los niños es menor o muy diferente y eso puede afectar las habilidades físicas o mentales.

Las disparidades sociales y económicas han marcado una brecha mayor en esta época, porque algunos niños mejoraron su desarrollo al tener más contacto con sus padres mientras que otros no.

Al comparar los estudios se ha observado una tendencia a la baja en los niveles de desarrollo a partir de finales de 2021.

Los bebés nacidos post-pandemia puntuaron dos desviaciones estándar por debajo de lo que puntuaban bebes similares antes en las pruebas de desarrollo. A pesar de ello estos resultados no se consideran predictores a largo plazo.

Deoni ha encontrado que mientras más ha durado la pandemia, se han ido acumulando una mayor cantidad de déficits (Deoni, S. C. L., Beauchemin, J., Volpe, A., D’Sa, V. & the RESONANCE Consortium. Preprint at medRxiv https://ift.tt/mLoZat9 (2021).

La causa principal es la falta de interacción persona-persona, además de la falta de interacción en juego con otros niños.

Tronick mostró que la interacción de los papás con los bebés no cambió en intención del bebé de hacerle caso al padre antes o después de colocarse la mascarilla.

Los niños de dos años son capaces de comprender las palabras a pesar de que se usen máscaras protectoras, ya que usan claves adicionales para entender las emociones.

Se están realizando esudios de neuroimágen para analizar el impacto, aunque alg fundamental es que el cerebro es plástico y puede modificar las conecciones después.

Los resultados presentes hasta la fecha resaltan la importancia de la interacción con los adultos, el soporte emocional, y la intervención temprana son fundamentales en especial en los primeros 1,000 días de vida.

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Redacción bbmundo