Algunos padres les gusta aventar a los pequeños hacia arriba y cacharlos en el aire. Parece un juego inofensivo pero puede ser riesgoso para los pequeños, especialmente en los menores de dos años de edad (porque tienen la cabeza grande y pesada para el tamaño de su cuerpo, músculos del cuello débiles que no sostienen bien la cabeza y vasos sanguíneos delicados en el cerebro).
¿Cómo evitar el Síndrome del Niño Sacudido?
Así, aventar a los pequeños puede generar lesiones como las que se observan en el síndrome del niño sacudido. ¿De qué se trata? Este síndrome es una modalidad grave del maltrato infantil, afecta al cerebro, la retina y a veces algunos huesos, explica la pediatra neonatóloga, Kathia Candelario Aguilar, médico militar, adscrita al Departamento de Pediatría, la Unidad de Cuidados Intensivos en el Centro Médico Naval.
La Academia Americana de Pediatría menciona la conveniencia de clasificar el síndrome de maltrato infantil como casos de “trauma craneal no accidental”, porque existe daño neurológico, así como lesiones en la columna cervical y también a nivel ocular, sin un traumatismo directo en el cráneo.
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¿Cuántos niños mexicanos presentan dicho síndrome cada año?
A escala internacional se reporta una incidencia de 17 a 24%. En México no se puede precisar su frecuencia porque habitualmente no se establece el diagnóstico en los hospitales pediátricos y, en consecuencia, no se registra.
En México, en la ENIM, 2015 (Encuesta Nacional de Niños, niñas y mujeres) 63% de niñas, niños y adolescentes de 1 a 14 años de edad han experimentado algún método de disciplina violenta:
-44% castigo físico
-6% castigo físico severo.
El maltrato infantil es muy común
El maltrato infantil es un fenómeno médico, social y legal con múltiples facetas y consecuencias diversas en el menor de edad, la familia y la sociedad. Por ello, actualmente se reconoce como un problema de salud pública mundial, advierte la entrevistada. Desde la perspectiva médica se le ha subdividido, para un mejor registro, en cuatro modalidades:
1. Abuso físico
2. Abuso sexual
3. Abuso psicológico
4. Negligencia
“Dentro de la modalidad del abuso físico ha sido reconocido, desde la década de los setenta del siglo pasado, una forma de agresión muy grave que en el ambiente pediátrico se denomina Síndrome del niño sacudido”, explica la médico militar Candelario Aguilar.
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¿Por qué ocurre?
El mecanismo de agresión es la violencia que sacude. Cuando un menor de edad es sacudido, su cabeza —que está sostenida por una débil musculatura— va de atrás hacia adelante.
“Estos movimientos causan hipoxia (no hay suficiente oxigenación), edema y hemorragia cerebral, así como hemorragia en la retina de localización y gravedad variables. En algunos casos también ocurre, lamentablemente, desprendimiento de la retina”, indica la entrevistada.
De acuerdo con Candelario Aguilar, el síndrome del niño sacudido se desencadena por múltiples factores, entre los que están:
1. Poca tolerancia a los periodos de llanto intenso e inconsolable del niño
2. Enojo por la irritabilidad constante del menor
3. Falta de tolerancia al rechazo persistente del niño al alimento
4. Padres abusivos
5. Problemas de alcoholismo del agresor, entre otros
¿Quiénes son los que más realizan este tipo de violencia?
En 2015 se realizó un estudio llamado “Síndrome del Niño Sacudido, cuadro clínico y evolución”, en el Instituto Nacional de Pediatría donde arrojan los siguientes datos:
-El cuidador principal del niño, la madre (65%)
-Los tíos (29%)
-Ambos padres (24%)
-Los abuelos (18%)
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¿Qué síntomas genera el síndrome del niño sacudido?
Las principales manifestaciones que fueron motivo de atención médica en el Estudio realizado por el Instituto Nacional de Pediatría en el Área de Urgencia fueron:
-Crisis convulsivas (76%)
-Irritabilidad (41%)
-Dificultad respiratoria (41%)
-Cianosis ( morado) (35%)
-Rechazo al alimento (29%)
¿Tiene secuelas del síndrome del niño sacudido?
“Algunos de los problemas a largo plazo causados por el síndrome del niño sacudido van desde síntomas leves hasta consecuencias graves incluso la muerte”, advierte Candelario Aguilar.
Un niño puede tener daño cerebral que causa uno o más problemas graves, como:
-Convulsiones. Un niño podría tener movimiento muscular involuntario y no poder hablar, ver ni interactuar con normalidad.
-Ceguera o problemas para ver u oír.
–Parálisis cerebral, con rigidez muscular (espasticidad) que causa movimientos torpes.
-Discapacidades intelectuales que pueden afectar todos los aspectos de la vida de un niño. Por ejemplo, un niño puede tener problemas para aprender a hablar o tal vez no pueda ocuparse de sí mismo en el futuro.
–Discapacidades en el aprendizaje que podrían no aparecer hasta que el niño comienza la escuela.
-Problemas emocionales o de comportamiento.
-Algunos niños mueren a causa de sus lesiones.
¿Cómo prevenirlo?
–Deja llorar a tu bebé a solas por algunos minutos si sus necesidades han sido atendidas. Asegúrate de que tu bebé esté en un lugar seguro, como una cuna. Retírate a otra habitación donde pueda respirar con calma y trata de aclarar tu mente.
-Cuenta hasta 10 con cada respiración.
-Habla con su médico si tu bebé sigue llorando cuando no parece haber un motivo.
-Prueba algunas medidas para aliviar el estrés en tu vida. Hay libros de autoayuda y clases de yoga, técnicas de relajación y otras maneras de aliviar el estrés. La asesoría y las clases de manejo de la ira ayudan a muchos padres a adaptarse a nuevas presiones.
-Nunca sacudas ni lastimes a tu bebé. Nunca abofetees ni golpees a tu bebé.
-Toma medidas para proteger a su hijo del maltrato de otras personas.
-Asegúrate de que los cuidadores sepan que nunca deben sacudir ni hacerle daño a tu bebé.
Kathia Candelario Aguilar, 5554126344
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Guadalupe Camacho
