Cuando tu niño está furioso, ha perdido el control o bien tiene una conducta irritante e incomprensible para ti; estoy segura que lo que menos tienes ganas de hacer es abrazarlo, besarlo o apapacharlo. Tu primer instinto seguro sería levantarle la voz o dejarlo solo para que se calme, incluso puedes llegar a perder el control y pegarle; pero hoy te voy a explicar por qué debes abrazar a tu hijo cuando se está portando mal
Esta es la importancia de abrazar a tu hijo cuando se está portando mal
Es precisamente en esos momentos en que tu pequeño pierde el control, cuando más te necesita para saber qué hacer ante la avalancha de emociones que está experimentando.
Te sonará extraño, pero el mejor consejo es ese. Porque es cuando necesita ayuda para gestionar sus emociones y poder reencontrar su cauce.
Los niños tienen conductas que pueden resultar irracionales para nosotros, pero hay que recordar que ellos se expresan no con palabras; sino a través de su conducta, si no escuchas lo que te trata de decir, no lo observas y reaccionas con gritos, castigo, enojo ante lo que le ocurre, terminará sintiéndose solo, con desconfianza y lleno de culpa.
¿Sabías que… los abrazos tienen benéficos para la salud?
Sé que criar a un niño, de cualquier edad, es un desafío; que puedes querer huir cuando tu pequeño grita, llora, patalea y tú no entiendes porqué. Y si le añadimos tu propio estrés, es una bomba que puede explotar en cualquier momento, por lo que es entendible que menos quieras abrazar a tu hijo.
Pero si controlas tus emociones, te calmas, sobre todo respiras profundamente; en vez de reaccionar, le estarás dando una gran lección a tu hijo: “cálmate, yo estoy aquí para apoyarte”.
Para que entiendas por qué abrazar a tu hijo cuando se está portando mal, te explicamos los beneficios.
-Sintoniza tus emociones y las de tu hijo. No hay sentimientos buenos o malos, solo son eso, cuando lo abrazas se da cuenta de que no es “malo”, está viviendo un mal momento.
Además te explicamos por qué dicen que los abrazos vuelven más inteligentes a tus hijos
-Le ayudas a manejar la culpa, ya que ésta no le deja pensar y más bien se concentra en entender la razón de la pérdida de control y cómo podrá enfrentar situaciones iguales en el futuro.
-Que se conecte con el aquí y el ahora. Al abrazarlo, le enseñas a calmarse, a respirar, a no dramatizar, pero tampoco minimizar lo que ocurrió.
-El abrazo le da una pausa para alejarse de la situación estresante y poder pensar.
–El abrazo es algo maravilloso en donde se comparte amor, confianza, calma y hace que tú y tu crío vuelvan a su centro. Aprender a mantener la calma es algo complicado, que se hace día a día; pero bien vale la pena para que tu hijo y tú formen una relación de confianza, respeto y amor.
Y tú, ¿te decides a abrazar a tu hijo cuando más te necesita?
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Carmiña Ruiz Medrano
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