lunes, 3 de agosto de 2020

¿Cómo rehabilitar a los hijos contestones y retadores?

Si tus hijos no te hacen caso, incluso te retan y básicamente tienes hijos contestones que no saben convivir con las figuras de autoridad, aún estás a tiempo de ayudarlos para que sean adolescentes funcionales y adultos felices.

¿Tienes hijos contestones?

¿Por qué un hijo se vuelve contestón, desafiante, retador e incluso violento con sus propios padres y otras figuras de autoridad? Así es su carácter o algo está pasando con la forma de crianza. Una experta en psicología educativa te brinda las respuestas precisas para rehabilitarlo.

Los límites son esenciales

Para la psicóloga educativa, Verónica Sofía Zubiaur Pérez, encargada del Área de Psicología del Centro de Desarrollo Infantil “Rosario Castellanos”, los límites son esenciales para que un niño se desarrolle socialmente bien.

Además: ¿Cómo poner límites efectivos sin lastimar a tu hijo?

«Las personas nacen con cierto temperamento, pero el carácter se va formando día a día con la crianza, las enseñanzas y los límites, pero cuando los niños comienzan a desarrollar trastornos de conducta significa que los límites no están claros para el menor y no sabe quién es su guía», precisa la experta.

Hay niños que nacen con un temperamento fuerte, que se incrementa por las condiciones de crianza poco eficientes que realizan los adultos que están a cargo del menor de edad.

«Cuando no hay límites, los niños comienzan a presentar trastornos de conducta que interfieren con sus relaciones interpersonales: en la escuela, en la familia, con los vecinos o con cualquier otro grupo social. Y si no se controlan pueden llegar a generar problemas importantes en la adolescencia y adultez», expresa Zubiaur Pérez.

La terapia es necesaria

Lo más recomendable es apoyar a los niños con reglas y límites claros y firmes en donde debe prevalecer la constancia. «No se trata de ponerle límites hoy y mañana dejarlos hacer lo que quieran, porque simplemente los confundes y no saben que ellos no están a cargo».

Por otro lado: La importancia de poner límites a los niños

Cuando los hijos contestones comienzan a retar a cualquiera dentro y fuera de la familia, se debe involucrar a un terapeuta cognitivo conductual que no sólo ayude al menor, sino que dé las herramientas a los padres o abuelos (el adulto responsable de la crianza) para que sepa cómo debe criarlo.

«No se trata de castigar o golpear al menor, sino que hay que darle refuerzos positivos cuando haga sus deberes correctamente, y negativos cuando realice una conducta inadecuada», advierte la psicóloga Egresada de la Universidad Pedagógica Nacional.

Consecuencias inmediatas, específicas y constantes

Los adultos a cargo de hijos contestones deben tener claro que las consecuencias a las conductas negativas deben implementarse con estas características:

1. Inmediatas. Cuando el niño actué de forma inapropiada se debe actuar justo en ese momento, así tendrás mejores resultados. No hay que esperar a que lo repita, o a llegar a casa o a que el niño lo comprenda. Si el niño actúa mal se le da una consecuencia negativa, pero también si actúa conforme lo esperado o deseado, se le da una consecuencia positiva en ese instante.

Revisa: ¿Cómo poner límites a tus suegros?

2. Específicas. Debes implementar la consecuencia de acuerdo con la acción que hizo el niño. Es decir, con el grado de transgresión. Ten cuidado en evitar actuar debido al enojo o molestia que causó en el adulto, pues ésta debe estar relacionada con su actuar y no, con tu frustración.

3. Constantes. El niño actúa todos los días, y se espera que todos esos días se comporte correctamente. Por eso, las consecuencias positivas y negativas deben ser diarias y constantes sin importar dónde ocurran. Ello incluye las vacaciones, los fines de semana, los días de visita con los abuelos, etcétera.

Incentivos en lugar de castigos

Como adulto debo anticipar, analizar y prevenir que mi hijo rete, violente y transgreda, por eso se recomienda implementar un programa de incentivos en lugar de castigos. Sin embargo, los incentivos no son premios, juguetes, ni dulces. Sino deben tener relación con actividades que el niño quiera como:

1. Ir al parque.
2. Jugar 10 minutos más.
3. Preparar su comida favorita.
4. Ser el primero en elegir el postre.
5. Escoger el cuento que va a leer antes de dormir.

«Los padres y otros adultos deben reconocer y aceptar que las interacciones dentro de la familia son recíprocas. Es decir, la conducta de los padres está influenciada por la de los niños y viceversa. Por eso, no le puedes pedir respeto a tu hijo, si tú mismo no respetas a los demás», indica la entrevistada.

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Niños con límites, adultos felices

Zubiaur Pérez refiere que en el Hospital Psiquiátrico Infantil «Dr. Juan N. Navarro», donde se atienden trastornos de conducta, se observa que estos son más frecuentes en varones, pero la tasa se iguala durante la pubertad.

«Los trastornos de conducta en escolares son fuertes factores de riesgo de trastorno disocial en la pre-adolescencia; los problemas de agresividad pueden seguir e incluso generar que los jóvenes delincan.

«De no atenderse a tiempo puede haber un deterioro clínico muy significativo en las actividades escolares, sociales e incluso laborales en el futuro», lamenta la experta.

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