¿Se puede tener pleitos que no fracturen las relaciones de pareja y que no lastimen a nuestros hijos/hijas? Te explicamos cómo lograr resolver tus conflictos, que muchas veces llamamos pelear en pareja sin lastimar a tus hijos.
Es posible pelear en pareja sin lastimar a tus hijos
Violencia indirecta es la que se ejerce contra alguien a quienes nuestros(as) hijos(as) aman.
Hay que aprender a pelear en pareja sin lastimar a tus hijos para que los pleitos sean constructivos y evitar la fractura de la relación con tu pareja y no lastimar a terceros.
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La forma, más que el fondo, es lo primero que hay que cuidar para aprender a pelear.
Cuando el desacuerdo o molestia ocurre sorpresivamente:
- Así como espero evitas pelear con tu pareja frente a otras personas, evita hacerlo frente a tus hijos(as). Aplaza el pleito si es algo que potencialmente puede crecer de intensidad.
- No hagas comentario alguno, no hieras con ironía, ni actúes de manera pasiva-agresiva.
- No “tires a matar”. Sabes dónde lastimar seriamente. No olvides que es tu pareja, que vives con él o ella y que es familia.
- El mensaje a los hijos debe ser que, aunque haya desacuerdos e incluso pleitos… Saben llegar a acuerdos y arreglar las cosas, en privado.
- “Mis papás nunca se pelean” es un mito que no debes fomentar
Cuando el desacuerdo o molestia es un tema a discutir:
1º ¿Porqué estoy enojada(o)?
2º ¿Con quién estoy enojada(o)?
3º Del 1 al 10 ¿qué tan enojada(o) estoy?
4º ¿Qué voy a hacer al respecto?
Por otro lado: Estos son los tipos de padres que son bulleados por sus hijos
Tips para pelear en pareja sin lastimar a tus hijos
No | Mejor |
Acuses al otro, insultar o decir groserías | Comunica lo que sientes en primera persona |
Interrumpas continuamente | Permite que la otra persona acabe
de hablar |
Golpees, hieras o ataques físicamente a tu pareja. No hieras emocionalmente. No dañes o destruyas las propiedades de tu pareja. | Suspende la discusión temporalmente hasta recuperar el control. |
Golpees, avientes o patees objetos, paredes o puertas. | Concéntrate en tu lenguaje corporal atento y quieto.
|
Impongas o cedas para “terminar”
el pleito. |
Llega a un acuerdo [ambas partes deben ceden algo, no sólo una] |
Regreses al mismo tema una
y otra vez. |
Termina la discusión y no regresar
a lo mismo. |
No dejes de cumplir con lo acordado. | Regresa al tema sólo cuando no
se cumplan los acuerdos. |
Permitas que las discusiones suban
de color, tono y frecuencia. |
Cuando el color, el tono y
la frecuencia de los pleitos es peligrosa: consultar con un terapeuta especializado para revisar de fondo la relación de pareja y su continuación. |
Siempre hazle saber que lo escuchaste para que pueda cerrar el ciclo de comunicación y no se quede con su atención atorada en saber si lo entendiste o no.
Tus hijos(as) no tienen porqué soportar tu infierno conyugal.
No se trata de no pelear nunca, sino de evitar lastimar a tus hijos.
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