miércoles, 1 de octubre de 2025

Por qué tu hijo no debe tomar refrescos… ¡la verdadera razón!

Tomar refresco parece algo inofensivo. Es común verlo en fiestas, reuniones familiares o incluso en la mesa de todos los días. Pero lo que se normaliza puede ser dañino. Los refrescos no son solo “azúcar con gas”: tienen efectos silenciosos que impactan el cuerpo de tu hijo desde los primeros años y a lo largo de su vida.

Lo que pasa en el cuerpo de tu hijo

Desde pequeño, su organismo aprende a regular el metabolismo y la microbiota intestinal. Cuando entra en contacto con azúcares y aditivos de los refrescos, este equilibrio se rompe. El resultado es un mayor riesgo de inflamación, resistencia a la insulina y alteraciones hormonales.

También lee: La ciencia detrás de la nutrición: la epigenética determina el potencial de tu hijo

Durante la infancia, los refrescos afectan la concentración y la memoria. Estudios de la American Academy of Pediatrics muestran que el consumo frecuente de bebidas azucaradas se relaciona con bajo rendimiento académico y problemas de aprendizaje.

En la adolescencia, el panorama empeora. El exceso de azúcar no solo favorece el sobrepeso. También contribuye al acné, la fatiga crónica y la dependencia a sabores dulces, algo muy difícil de revertir.

Ya en la edad adulta, este hábito se traduce en mayor riesgo de diabetes tipo 2, hipertensión y enfermedades cardiovasculares. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), estas condiciones son responsables de millones de muertes cada año.

Más allá de la salud individual

El impacto de los refrescos no termina en tu familia. A nivel social, contribuyen a cifras alarmantes de obesidad infantil: en México afecta a más del 35% de los niños, y en Estados Unidos al 20%, según datos de la OCDE. Este problema de salud pública genera costos millonarios en atención médica y perpetúa un círculo de enfermedad entre generaciones.

También lee: La ciencia detrás de la nutrición: la epigenética determina el potencial de tu hijo

La epigenética explica que no solo heredamos genes, también entornos y hábitos. Cada vez que eliges qué come o bebe tu hijo, estás influyendo en su salud futura y en la de sus descendientes.

Qué puedes hacer desde hoy

La buena noticia es que romper este ciclo es posible. Empieza reduciendo refrescos poco a poco y ofreciendo alternativas: agua natural, infusiones sin azúcar o aguas frescas con fruta natural. Recuerda que tu hijo imita lo que ve: si te ve elegir agua, él también lo hará.

Fuentes:

  • Organización Mundial de la Salud (OMS)
  • American Academy of Pediatrics
  • Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)

The post Por qué tu hijo no debe tomar refrescos… ¡la verdadera razón! appeared first on bbmundo.

Redacción bbmundo

No hay comentarios.:

Publicar un comentario