La enfermedad hepática o del hígado no sólo afecta a los adultos sino también a los niños e incluso a los recién nacidos. Tal es el caso de la llamada atresia biliar, padecimiento que se diagnostica, por lo general, entre la segunda y la sexta semana tras el nacimiento.
Enfermedad hepática del recién nacido
Los bebés que nacen con atresia biliar no tuvieron contratiempos durante el embarazo ni en el momento del nacimiento, sino que al paso de los primeros días de vida extrauterina los padres y pediatras observan algunas señales de alarma, entre las que se encuentran:
1. Heces pálidas.
2. Orina oscura o color ámbar.
3. No suben de peso.
4. Ictericia o color amarillo en piel y ojos.
5. Malestar en general.
6. Llanto fácil.
La atresia biliar causa inflamación de las vías biliares. Ello genera un impedimento para drenar los fluidos digestivos (específicamente la bilis), los cuales se van acumulando en las heces, la orina y la piel y ojos de los recién nacidos.
¿Cuál es el tratamiento de la atresia biliar?
La atresia biliar se presenta por alteraciones congénitas que impiden el desarrollo de los conductos que drenan la bilis.
Por ello, el tratamiento es justamente restablecer la conexión entre el hígado y el intestino a fin de permitir el desalojo de los fluidos digestivos.
De acuerdo con la Revista de Gastroenterología de México, esta enfermedad hepática suele confundirse con algún tipo de hepatitis puesto que ambas comparten el síntoma de la ictericia.
A fin de hacer un diagnóstico diferencial, se tienen que realizar diversos estudios que permitan conocer si los conductos biliares del recién nacido se desarrollaron o están ausentes.
Además, Javier Sánchez Nava, presidente del Colegio de Pediatras de la Ciudad de México explica lo siguiente:
Ante cualquier síntoma o señal de alarma, los padres deberán llevar a su recién nacido con el pediatra; o bien, a los servicios de urgencias, debido a que toda enfermedad hepática debe ser tratada lo más pronto posible
Las enfermedades hepáticas infantiles en México representan un reto para los pediatras, especialmente algunas relacionadas con la obesidad infantil, como el hígado graso; así como ciertos tipos de hepatitis autoinmunes e insuficiencia hepática aguda.
Consejos para cuidar el hígado en la primera infancia
1. Brinda lactancia materna.
2. Ten al día sus vacunas.
3. Evita la obesidad infantil.
4. Procura la ingesta de agua natural frente a jugos y otras bebidas industrializadas.
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Guadalupe Camacho