La autodisciplina es un elemento fundamental dentro del enfoque educativo Montessori. Este método busca fomentar la responsabilidad personal y el control interno en los niños, en lugar de depender únicamente de la autoridad externa para regular su comportamiento.
Se enfatiza en el desarrollo de habilidades sociales y emocionales que le permitan a los niños tomar decisiones informadas y actuar de manera consciente en su entorno.
El método Montessori está perfectamente diseñado para enseñar autonomía e independencia. Aunque en el proceso requieran co-regular sus emociones con el adulto, poco a poco irán formando el carácter para gestionar por ellos mismos las emociones.
Estas son 3 formas para forjar la autodisciplina desde la primera infancia:
1. Ambiente preparado: El primer paso para cultivar la autodisciplina para niños es la creación de un ambiente preparado en casa, donde los muebles estén diseñados para ser accesibles y atractivos para los pequeños. También tomen en cuenta que los materiales sean apropiados para la etapa que están atravesando.
Como papás deben enseñar sobre el orden y limpieza en el hogar, para que estén familiarizados con un entorno armonioso que les ayude a desarrollar un sentido innato de responsabilidad y autocontrol.
2. Libertad dentro de límites: El método Montessori le da a los niños más libertad y autonomía en el aprendizaje y elección de actividades. Por ejemplo, en las aulas los niños pueden elegir el material que desean, pero lo hacen basándose en ciertos límites.
Lo mismo aplicaría en casa en el momento de jugar libremente y regresar los juguetes a donde los encontraron; de esta manera también se muestra la autodisciplina para niños.
Los niños aprenden que sus acciones tienen consecuencias y que deben asumir la responsabilidad de sus elecciones. A través de esta experiencia, desarrollan la autodisciplina y aprenden a autorregularse.
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3. Tiempo de concentración: Con el Método Montessori se fomenta el tiempo de concentración prolongado en las actividades. Los niños eligen libremente las tareas que desean realizar y se les anima a trabajar en ellas durante un período de tiempo suficiente para profundizar en el aprendizaje y la comprensión.
A medida que los niños experimentan la satisfacción de completar tareas y resolver problemas por sí mismos, desarrollan la capacidad de concentrarse y persistir en sus esfuerzos, lo que contribuye a la autodisciplina.
Ejemplos de autodisciplina en el Método Montessori:
Trabajo en equipo y colaboración: Cuando los niños están involucrados en ciertas actividades desde la primera infancia, aprenden a trabajar juntos y a colaborar.
Esto se logra con actividades simples como preparar la comida, llevar la ropa sucia al cesto, tirar el pañal al bote de la basura, prácticamente en la vida cotidiana y así es como se van cultivando habilidades sociales y la autodisciplina para trabajar en equipo.
Autocorrección: Los materiales Montessori están diseñados para permitir a los niños autocorregirse. Por ejemplo, la torre rosa, que se compone de figuras en diferentes tamaños y que para armarla tiene un orden, de grande al pequeño.
Además, esta es una actividad para niños de 2 años en adelante, que por sí solos mientras hacen la torre y van notando si cometen un error para poderlo corregir por sí solos y eso promueve la responsabilidad y el autocontrol.
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Ciclo de actividad: Cuando los niños están haciendo una actividad que eligieron, por ejemplo: clasificar objetos por colores, trabajan en ella y la completan, luego la devuelven a su lugar y seleccionan otra actividad.
Este ciclo enseña a los niños a ser ordenados, disciplinados y responsables en el uso de los materiales. La clave está en guiarlos cada que tengan que completar alguna actividad.
Incluso a un bebé que gatea le puedes enseñar a dejar su mamila en la mesa. Mi hijo, de 3 años, tiene tan integrada esta enseñanza que cuando vamos a la ludoteca se pone a organizar los objetos en su lugar.
Por ejemplo, si ve que en la cocinita hay coches, muñecas, se pone a buscar los tenedores, las ollas, las cucharas y todo aquello que va en la cocina. Recordando que el orden externo da a los niños orden interno y seguridad.
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Preparación del ambiente doméstico: Los principios Montessori también se aplican en el hogar. Los padres pueden preparar un ambiente en el que permitan a los críos tener independencia y responsabilidad en tareas cotidianas.
El Método Montessori educa a los niños para que se conviertan en individuos autodisciplinados y con una fuerte ética de trabajo, mediante un ambiente preparado, libertad dentro de límites, tiempo de concentración y ejemplos prácticos de autodisciplina en la vida diaria.
Al fomentar estas habilidades desde temprana edad, la autodisciplina en niños también se acompaña de mayor seguridad, independencia y capacidad para afrontar desafíos con responsabilidad.
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Diana Arbeláez
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