A la secreción temporal que producen los pezones de un recién nacido se le conoce popularmente como leche de bruja, los médicos le llaman galactorrea en el recién nacido. Se le llama leche de bruja o leche de brujas a la secreción, puede ser blanca o amarillenta, que sale de los pezones de los recién nacidos y si bien puede ser desconcertante, no hay que temer.
¿De dónde viene la leche de brujas?
¿A quién afecta?
De acuerdo con la doula postparto, Pamela Salinas Parra, consejera en Lactancia Materna la “leche de bruja no es una enfermedad sino una condición pasajera que presentan algunos recién nacidos como resultado de los altos niveles hormonales de la madre”, explica.
Es decir, el organismo de la madre se está preparando para el momento de la lactancia y, en consecuencia, sus niveles de hormonas son muy altos, tanto que pueden pasar por la placenta hacia el bebé (aún en el vientre de la mujer) y cuando nace aún tiene niveles elevados de las hormonas, que generan descargas leves en los pezones.
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“Cuando un bebé a término nace, los padres pueden observar un fluido que sale de uno o ambos pezones de su hijo o hija (no importar el sexo), ello es normal y al paso de los días (entre los 15 días y, en algunos casos, hasta los 2 meses de edad) dicha descarga se habrá ido, pues los bebés elimina —por medio de la orina— las hormonas que no necesitan”, precisa Salinas Parra.
Esta leche de brujas solo le ocurre a los bebés nacidos a término “nunca hemos registrado casos en prematuros, sino en pequeños que llegaron a la semana 39 para arriba”, precisa la entrevistada.
¿Qué otros síntomas aparecen?
En algunos casos, puntualiza Salinas Parra, la leche de brujas o galactorrea, como se le conoce médicamente a la situación, está acompañada de un abultamiento o información de la glándula mamaria.
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“No hay que alarmarse puesto que también el pequeño bulto puede ser común y al paso de los días, después de la segunda semana se habrá ido, casi, por completo. Pero mientras ello ocurre, el recién nacido no deberá tener ninguna molestia o dolor”, afirma la experta.
Es muy importante que los padres o tutores eviten:
1. Tocar los pezones del bebé
2. Tratar de sustraer la secreción
3. Jamás poner hielo o paños fríos o calientes
4. Pellizcar, succionar o bloquear el pezón
5. Manipular la zona
Todo ello podría causar daño, como una mastitis, que es la bloqueo de un conducto obstruido y, entonces sí, genera fiebre, dolor, enrojecimiento y bastante incomodidad en el recién nacido.
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¿Cuándo ir con el pediatra?
En realidad “no se requiere ir con el pediatra, simplemente se le puede llamar por teléfono e indicar lo que pasa, el médico explicará que no es necesario acudir con él; solo en caso de que el bebé esté incómodo, no coma y llore constantemente, será necesario acudir con el doctor. O bien, que la leche de brujas haya desparecido y de pronto regrese, o que el pequeño tenga una mastitis por manipulación”, precisa Salinas Parra.
El término “Leche de brujas” se utiliza desde hace cientos de años, pues se creía que las brujas mandaban leche a sus familiares, a través de un recién nacido que no era atendido bien, para que fueran alimentados. Existen muchas creencias en torno a esta situación fisiológica que no está relacionada con ninguna enfermedad o condición grave.
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Guadalupe Camacho
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