Durante la infancia es común desarrollar enfermedades respiratorias como tos, estornudos o secreción de moco que, la mayoría de las veces, son causadas por virus o bacterias pero también pueden aparecer por factores ambientales como cambios de temperatura, polvo, humedad, gases tóxicos y humo.
Cuando estos signos persisten más de dos semanas o son recurrentes durante el año, se recurre a tratamientos antibióticos, antivirales que son innecesarios.
Estos padecimientos que afectan desde la nariz, faringe, tráquea, bronquios y pulmones se denominan crónicos y entre los más frecuentes se encuentran los siguientes.
Asma
Se caracteriza por la inflamación e irritabilidad de los bronquios (los tubos que llevan el aire del medio ambiente hasta nuestros pulmones); ambas condiciones pueden aparecer y desaparecer de forma rápida, y se desencadenan por diversas causas.
Las personas con asma tienen bronquios que se estrechan de forma brusca cuando se exponen a partículas irritantes o situaciones especiales, como el ejercicio.
Es una enfermedad que evoluciona de forma crónica y que difícilmente desaparece o se cura, pero que se controla con medicamentos broncodilatadores y antiinflamatorios.
Sus síntomas incluyen dificultad para respirar, sed de aire, agitación, tos, vómitos y respiración silbante o con chiflidos leves.
Aparece en los primeros años de vida y aproximadamente 80% de los pacientes presentan síntomas desde los cinco años de edad; afecta a entre seis y 12% de la población infantil en México, y se estima que cerca de la mitad de los niños que tuvieron molestias leves dejaron de sentirlos en la adolescencia.Su gravedad se clasifica de acuerdo con lo siguiente:
NIVEL |
SÍNTOMAS |
SÍNTOMAS NOCTURNOS |
Nivel 1 Intermitenteleve |
- 2 veces a la semana
- Asintomático y FEM (fuerza electromotriz) normal entre ataques
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Dos veces al mes |
Nivel 2 Persistenteleve |
- Más de 2 veces por semana
- Una vez al día
- Puede limitar la actividad física
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Dos veces al mes |
Nivel 3 Persistentemoderada |
- Todos los días
- Actividades físicas limitadas
- Exacerbaciones (más de 2 por semana)
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Una vez a la semana |
Nivel 4 Persistentesevera |
- Continuos
- Actividades físicas limitadas
- Recaídas frecuentes
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Frecuentes |
Para lograr el control de estas enfermedades respiratorias crónicas, el Colegio Mexicano de Alergia, Asma e Inmunología Pediátrica (COMAAIPE) sugiere:
- Acudir con el médico, quien clasificará el grado y tipo de asma
- Identificar y evitar los factores desencadenantes o los que la empeoran
- Seleccionar los medicamentos apropiados para cada nivel
- Establecer un plan de manejo a largo plazo
- Enseñar a los pacientes a utilizar los medicamentos de forma correcta
- Monitorear y ajustar el tratamiento hasta conseguir un control efectivo
Rinitis alérgica
Es la inflamación de la mucosa nasal que, generalmente, se manifiesta como efecto protector a un estímulo agresor como humo, polvo, gases, olores fuertes, tóxicos irritantes o cambios de temperatura ambiental.
También existe una intensa producción de moco que sirve para calentar el aire y filtrar las impurezas.
Muchas infecciones, en especial las virales, provocan este tipo de reacción, pero cuando es persistente se trata de rinitis alérgica, que es la más frecuente: afecta a alrededor de 20% de la población mexicana, y constituye un factor de riesgo para el desarrollo de sinusitis, adenoiditis, otitis o asma.
Su tratamiento debe priorizar el control ambiental y disminuir la exposición a los agentes estimulantes, no obstante, estas medidas pueden ser insuficientes.
Los corticoides nasales son la medicación más efectiva para tratarla, también se utilizan antihistamínicos orales y descongestionantes nasales, que aunque son útiles no son tan efectivos y su uso en periodos prolongados puede ser perjudicial.
Sinusitis
Se presenta cuando se inflama la mucosa dentro de los senos paranasales (cavidades llenas de aire en el cráneo -detrás de la frente, mejillas y ojos- que sirven como cajas de resonancia y son responsables en gran medida de la tonalidad de nuestra voz) consecuencia de infecciones virales, bacterianas y micóticas (hongos).
Estos contienen bacterias, y cuando en sus aberturas se acumula moco o se bloquean, estas se multiplican.
Sus síntomas son la obstrucción nasal, secreción mucosa persistente –en ocasiones amarilla o verdosa–, tos diurna (que no mejora en 10 días) y mal aliento.
En algunos casos, los niños tienen fiebre elevada, dolor de cabeza, conjuntivitis y afectación al estado general, son considerados criterios de gravedad.
Para tratarla se recomienda el uso de antibióticos que acortan el periodo de la enfermedad y reducen los síntomas; en casos crónicos o que no responden a la medicación, es necesario el uso de radiología simple o tomografía de senos paranasales.
Adenoiditis
Las adenoides, comúnmente conocidas como vegetaciones, son formaciones del tejido linfático parecidas a las amígdalas, que se localizan atrás y en la parte superior del paladar, donde comunican a las fosas nasales con la faringe.
Su función es proteger y producir anticuerpos que sirven de filtro y defensa para la vía respiratoria. De los tres a los seis años, las de los niños presentan un crecimiento, y usualmente disminuyen su tamaño hasta desaparecer entre la adolescencia y la edad adulta.
Su diagnóstico es más complicado, pues los malestares son parecidos a los de la sinusitis, aunque la obstrucción nasal puede ser mayor y asociarse con la inflamación del oído y alteraciones auditivas.
En este caso, la radiografía es de mayor utilidad.Por lo general, su desarrollo se debe a infecciones virales, pero las bacterias que provocan la sinusitis también la afectan.
Debido a que su identificación y diagnóstico es dificultoso, el tratamiento con antibióticos suele fracasar o reaparecer la inflamación, por lo cual es necesario el tratamiento quirúrgico.
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Pablo Leytón